✖️

Podemos leernos también en http://nsgritandoensilencio.blogspot.com.es/, donde hablo de todo sobre nada y gritamos un poco en silencio.

martes, 14 de agosto de 2012

•"Tan solo una salida" {Capítulo 6}.

-No te separes –susurra en mi oído.

Y sé que estoy y he estado siempre en lo cierto. Me quiere de la misma forma que yo le quiero a él. Siempre me ha querido. Siempre le he querido. Y ahora me siento una idiota por no haberlo sabido antes. Por no haber intentado que esto funcionara. Por no haber luchado más por él.

-Vale –respondo también en su oído en un susurro casi inteligible.

Justin aleja sus brazos un momento, para luego posar sus manos sobre mis caderas y atraer mi cintura hacia él. Los dos quedamos pegados y entonces comprendo lo que está buscando.

Noto como el cuerpo de Justin desprende calor. Sus manos me atraen cada vez más hacia él hasta el punto en el que nuestros cuerpos chocan y me veo pegada al suyo. Este no mueve sus manos, sino que las aprieta un poco más sobre mis caderas, como si quisiera entrar en ellas. Alzo la vista y me encuentro directamente con sus ojos color miel, que me miran fijamente buscando algo que no se si estoy preparada para darle.
Pienso durante un momento en lo qué se supone que está pasando pero es imposible. Mi mente está en blanco. Solo puedo verle a él. Sus ojos, solo puedo sentir su cuerpo contra el mío y sus manos ejerciendo fuerza sobre mis caderas. Justin comienza a acercar su cara hacia la mía y yo no puedo moverme. En un momento siento su aliento y yo también dejo escapar el mío haciendo que choquen.

Escasos milímetros separan nuestros labios de lo que parece inevitable. Como un acto reflejo desplazo mi mano hacia su cuello mientras noto que el calor me invade. Sé que él puede ver que estoy nerviosa. Sé que puede sentirlo. Pero yo también lo siento. Justin sonríe dejando ver sus perfectos dientes y entonces, cierra los ojos haciendo que su nariz roce la mía. Nuestros labios se tocan durante un momento y entonces retrocede, solo un milímetro, para después coger impulso y prepararse para sumergirse de lleno en mi boca, que le espera ansiosa. Pero no lo hace. Porque en ese momento ambos sentimos algo que nos sobresalta. A mi más que a él. De repente me quedo muy quieta. Noto que algo vibra en la parte de arriba de sus pantalones. Un movimiento que hace que no sepa si alejarme o quedarme inmóvil. Justin se asusta y retrocede entonces haciendo el trabajo de los dos. Sonríe y aparta sus manos de mis caderas. Veo que su cara ahora se torna burlona.

-Es el móvil –susurra todavía lo bastante cerca de mí como para que note su aliento.

Me alejo de él para dejar que conteste, pero no lo hace. Había pensado mal. Solo es el móvil. Sweden, estúpida. Él lo sabía. Veo que lo saca del bolsillo aún con una mano sobre mí y lo pone en silencio sin ni siquiera mirar quien está llamándole. Vuelve a meterlo en su bolsillo y me atrae de nuevo hacia él.

-Tranquila –murmura- no es nada.

Veo que vuelve a repetir los anteriores pasos y me pega contra él mientras fija sus ojos en mis labios. El móvil ha dejado de sonar para después volver a hacerlo. Tiene que ser importante así que me separo para romper la tensión que se ha creado.

-Contesta –susurro obligándome a separarme de él.
-No importa –hace una mueca- ven.
-No, contesta –esto es ridículo- hazlo. Tranquilo.

Y Justin, contra su voluntad lo saca del bolsillo para ver que sigue sonando.

-¿Quién es? –se lo lleva a la oreja sin ganas.

Yo separo mi cuerpo del suyo, pero él no deja que me aleje, así que me apoyo sobre sus rodillas y me quedo fijamente mirando el césped de espaldas a él, mientras él juega con los dedos de mi mano derecha. Entrelazando uno y después el otro con los suyos.
Puedo oír a quien está al otro lado ya que estoy cerca. Es un chico. Joven, al momento reconozco la voz.

-Ryan, ¿Qué quieres? Estoy ocupado –murmura Justin.
-Quería saber dónde estabas, has desaparecido. Creía que ibas a venir a Canadá esta semana –reprocha la voz.
-No he podido –responde Justin- ahora estoy en España, pero dentro de unos días volaré a Stratford.
-¿Qué demonios haces en Esp… -y entonces el silencio se hace durante unos segundos- estás con ella ¿no? –parece molesto.
-Lo estoy –responde él, y puedo ver por el rabillo del ojo que esboza una sonrisa.
-Scooter me llamó esta mañana para preguntar si estabas conmigo.
-Solo mi madre sabe que estoy aquí.
-Te estás jugando mucho, Justin –la voz de Ryan es grave.
-Es mi semana libre ¿vale? –Ahora Justin parece ponerse serio- puedo hacer lo que quiera. Y ya sabes por qué estoy aquí. –guarda silencio durante un momento- ya sabes que no me han secuestrado ¿algo más? Estaba en medio de algo importante.
-Solo quería saber que estas bien –la voz de Ryan se torna dulce al ver que a su amigo le ha molestado ese último comentario- ¿estás con ella ahora mismo?
-S-si.
-¿Puedo saludarla? –me parece oír una pequeña risa nerviosa al otro lado del teléfono, pero no estoy segura.

Me doy la vuelta para mirar a Justin a la cara y este sonríe tendiéndome el móvil. Lo cojo nerviosa y espero a que hable.

-¿Hola? –Dice la voz- ¿Sweden? –se que sonríe.
-Hola Ryan, ¿Qué tal? –me relajo al ver que no está molesto por haber secuestrado a su amigo.

Conocí a Ryan una semana después de encontrarme con Justin en Atlanta. Recuerdo que Justin fue a buscarlo al aeropuerto para que pasara unos días con él y me lo presentó esa misma tarde. También recuero que tuvieron una pequeña discusión ya que Ryan parecía especialmente interesado en mí, pero Justin no quería que aquello llegara a más. No entendí muy bien el por qué… hasta ahora.

-Bueno, ya nos veremos –dice él tras unos minutos de conversación- pásame a Justin.

Sin decir nada más, le devuelvo el teléfono a Justin y sonrío al ver que no hay ningún problema entre ese chico y yo.

-Tengo que dejarte, ya te llamaré cuando llegue a California ¿vale? –dice Justin mientras noto que me mira fijamente, aunque yo vuelvo a estar de espaldas.
-Está bien. Ten cuidado con lo que haces.
Justin cuelga y mete el teléfono a su bolsillo.
-Vamos al césped –dice dirigiéndose al mismo sitio en el que habíamos estado antes de que Scott nos interrumpiese.
-Creo que a Ryan no le caigo bien –digo mientras apoyo mi cabeza sobre el pecho de Justin una vez nos hemos acostado sobre el césped fresco.
-Claro que le caes bien –me rodea con su brazo- es solo que te tiene algo de envidia porque te veo más a ti que a él.
-¿Y por qué?
-Bueno, Ryan y yo somos buenos amigos, pero él sigue en el instituto y siempre está liado con sus cosas. Voy a verle cuando tengo un hueco.
-Cuando tienes un hueco y no estás aquí –sonrío.
-Exacto –me devuelve la sonrisa.


Durante los próximos diez minutos permanecemos callados, ambos mirando al cielo y pensando en lo que hace un rato podría haber pasado. Miro de reojo a Justin y veo que sonríe. Siempre recuerdo a Justin así. Sonriendo. La mayor parte del tiempo que estamos juntos lo hace, y por eso me encanta.

-Oye Justin… -murmuro aún con la mirada fija en las nubes.
-¿Si? –el hace lo mismo.
-Siento mucho lo de Scott.
-No pasa nada, tú no tienes la culpa de que sea un imbécil –noto que su mandíbula se tensa al recordarle, pero sonríe de todas formas- además, yo soy el que tiene que pedirte perdón.
-¿Por qué?
-No debería haber actuado así. Cuando nos encaramos y tú te metiste en medio, debería haber parado de inmediato. Podría haberte hecho daño.
-No lo hiciste.
-Ya sé que no lo hice, pero tuve miedo –traga saliva- por ti.
-No tienes que tenerlo, Justin.

-No quiero que ese tipo se acerque a ti. No quiero que vuelva a hacerte daño nunca más. No quiero que te mire, porque si me entero de que vuelve a ponerte una mano encima yo mismo le arrancaré la cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario