Hoy es el
día.
Hoy es uno
de esos días que no se olvidan.
Hoy, Sweden
va a reencontrarse con una de esas personas a las que quieras o no, no puedes
sacar de tu vida.
Justin
Bieber ha vuelto a España para ver a su mejor amiga, para pasar un día con
Sweden. El chico Canadiense al que todo el mundo conoce, premios, discos,
fragancias. Uno de los chicos más influyentes en todo el mundo. El más querido
y el más odiado y también el más perseguido por las cámaras regresa a España
única y exclusivamente para ver a su mejor amiga. Y es que hasta el más grande
necesita alejarse de lo que le agota. Hasta el más importante necesita alguien
a quien aferrarse cuando todo se le viene encima.
Sweden y
Justin llevan siendo los mejores amigos desde hace casi un año, cuando se
encontraron por casualidad en Atlanta, como resultado dio lugar a una de esas
amistades que no se olvidan, esas que no puedes dejar pasar. Justin sabía lo
importante que Sweden era para él y desde entonces, tuvo por seguro que no podía
dejar escapar la amistad que ahora los une. No podía dejarlo escapar. Tal vez
porque ella es una chica normal, de un pueblo perdido y alejado de todos. Tal
vez porque ella ha sido la única persona que aun conociendo quien es y cuanto
podría sacar de esa relación, la había mantenido absolutamente en secreto. Tal
vez porque cuando el le ofrecía llevarla a California o Atlanta para conocer a
los grandes iconos de la música o la fama, ella se negaba. El comprendió al
instante lo importante que Sweden iba a ser para él, simplemente porque jamás
había conocido a nadie como ella. Era muy difícil encontrar a alguien que aún
sabiendo que con su sola presencia podría hacerse muy grande, guardara
silencio. Hasta ahora no había visto en su vida a nadie que quisiera conocer de
verdad a Justin, y no a Justin Bieber.
El supo al
instante que necesitaba una amistad como la de Sweden. Sana y desinteresada.
Sabía que desde aquel verano podría llamarla cuando lo necesitara, porque ella
siempre estaría allí.
A pesar de
lo que todos creen, no siempre es fácil saber mantener una apariencia. La fama
a veces puede llevarte por el camino más peligroso. A veces la fama hace que te
ahogues, que necesites desconectar durante un tiempo, porque si no te consume
por completo.
Desde aquel
verano Sweden había sido su válvula de escape cuando sentía que no podía más.
Tan simple como escaparse, coger un avión y buscarla. Sabía que ella le estaría
esperando al otro lado de la puerta, sin preguntas ni explicaciones. Eso era lo
que Justin amaba de esa chica, lo que le volvía loco. Lo que le hacía seguir
con una amistad tan arriesgada como la que ellos tenían.
En tan solo
un año, habían pasado de ser amigos a confidentes, y de ahí otro paso más allá
de su relación que ni ellos mismos podía calificar. Un paso que significaba que
ambos comienzan a buscar algo más. Los dos saben que cuando están juntos la
tensión puede notarse en el ambiente pero aún así ninguno de ellos quiere dar
el paso. Y es que a pesar de que en ocasiones han deseado por encima de todo
poder estar juntos, Justin no ha querido sacar a Sweden a la luz. Sus vidas son
demasiado diferentes. Justin sabe que si alguien se entera de que está
enamorado de esa chica, los medios se les echarán encima. Pero no es eso lo que
le preocupa. En realidad su única preocupación es ella. Su relación. Su
amistad.
Sabe que si
alguien descubre que ha estado escapándose para verla, si alguien se entera de
que tienen algo que ni ellos pueden explicar, la vida de esa chica se
convertirá en lo que el odia. Ya no podrá huir y buscarla, porque ella también
formará parte de ese gran obstáculo que es la cara oculta de la fama. Si hay
algo por lo que Justin lucha día a día es porque la chica de la que lleva
enamorado desde hace un año permanezca donde está ahora. Que no se vea
involucrada en el mundo de las críticas y los paparazzis.
Algo que
había impactado a Justin desde el principio fue que cuando se conocieron, ella
le saludó con un “Hola, que tal”. Ella sabía perfectamente con quien estaba
hablando y a pesar de eso le trató como alguien indiferente. Como si no
conociera nada de él, pero sabía que si que lo conocía, pues ella le había
apoyado desde el principio de su carrera.
Después del
verano, ella regresó a España, y pocos meses después recibió la primera visita
de Justin. Unos días antes le había llamado por teléfono y le había confesado
que no sabía qué hacer. No sabía con quien hablar ni a quién acudir puesto que
cuando lo había intentado, todos le habían respondido “es tu trabajo, tienes
que aguantarte”. Justin necesitaba alejarse de todo y de todos, y Sweden le
escuchó en silencio durante toda la noche, se quedó despierta escuchando a su
amigo por teléfono y entonces, él supo lo que tenía que hacer.
-Te echo de
menos –había dicho Justin al otro lado del teléfono.
-Pues ven a
verme –contestó indiferente- escápate y ven a verme. Sabes donde vivo y también
tienes suficiente dinero para coger un avión.
Ahí. En ese
instante fue cuando Justin supo lo que ella le estaba pidiendo. Tres días
después ella abrió la puerta y como si nada, allí le tenía.
Justin
estaba soltero ya que su trabajo no le permitía tiempo para mantener una
relación, o eso decía él. Aunque si eso hubiera sido verdad, tampoco lo habría
tenido para coger un avión e ir a visitar a su amiga a España cada pocos meses.
Sweden
también estaba soltera, aunque le había costado llegar a eso, ya que su antiguo
novio, o el “error” como ella lo llamaba, la seguía acosando a pesar de que
hacía dos años que habían terminado. Justin le odiaba.
Siete veces
habían sido las que Justin se había escapado con ayuda de su madre, Pattie, del
mundo de la música y la fama durante unos días para ir a visitar a su mejor
amiga. Ocho, contando el día que hoy pasará junto a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario