✖️

Podemos leernos también en http://nsgritandoensilencio.blogspot.com.es/, donde hablo de todo sobre nada y gritamos un poco en silencio.

martes, 14 de agosto de 2012

•"Tan solo una salida" {Capítulo 3}.

Lo cierto es que es evidente que los dos nos atraemos. No hay nada más que vernos para saber que hay sentimientos. Los dos nos queremos, aunque sea de una forma diferente. Aunque la verdad es que a veces pienso que el también está enamorado de mi. A fin y al cabo, coge un avión para venir a verme ¿no?, deja lo que está haciendo para llamarme por teléfono a cualquier hora ¿no?, hay atracción física. Eso es evidente.
Entramos ahora en la última plaza que hay que atravesar para llegar a nuestro destino. Esta es la más grande del pueblo, ya que aquí está la iglesia. Frente a ella hay un parque. Veo a unos niños jugando en él, y me sorprende ver a bastante gente en la puerta de la iglesia. Veo entonces a varios fotógrafos que esperan parados frente a ella.

Hay una boda.

Justin me mira al darse cuenta de que uno de los fotógrafos nos está mirando fijamente mientras entramos en la plaza.

-Tranquilo –susurro- solo es una boda.
-Está bien –dice algo nervioso.

Seguimos andando y el hombre no nos quita la vista de encima. Es evidente que no puede ser quien está pensando que es. No aquí. No abrazando a una chica desconocida. Y entonces me doy cuenta. Entonces caigo en que todo lo que había imaginado era mentira. Justin no siente nada por mí, al menos no como lo que a mí me gustaría. Solo está abrazándome para que sea un poco más creíble su identidad. Chico normal abraza a chica normal. Novia normal, novio normal. Todo encaja. En ese momento siento ganas de deshacerme de su abrazo y alejarme unos pasos de él. Por alguna razón me ha sentado mal descubrirlo y ahora estoy dolida. Pero no me da tiempo a apartarme de él, porque él lo hace de mi. Se para en seco y se gira para quedar cara a cara conmigo. Veo que le da la espalda a alguien, el fotógrafo de acerca desde lejos. Ahora lo pillo.

-¿Qué hacemos? –dice con un tono histérico en su voz.
-Ven.

Cojo su mano y tiro de ella. Vamos hasta el borde de la plaza y me apoyo en una pared. Le atraigo hacia mí y hago que se acerque para intentar intimidar al fotógrafo. Al menos, si yo fuera el no me acercaría a unos jóvenes que están acaramelados en la esquina de una plaza. Significa que quieren intimidad.

Justin comprende mi acto y apoya sus brazos sobre la pared, extendiéndolos y dejándome a mí en medio de ellos. Acerca su cara a la mía y me mira fijamente como si de verdad fuera a darme un beso. Me pongo de puntillas con su aliento chocando contra mi cuello para mirar por encima de su hombro, y veo que el hombre sigue avanzando con su cámara hacia nosotros. Ese tipo no tiene sentido de la vergüenza. No molestes a dos novios que están a punto de besarse. No lo hagas.

-Viene –susurro.
-Mierda –dice, y noto su aliento contra mi cuello de nuevo. Está muy tenso. Nos van a pillar.

Sin pensar, meto mis manos por el interior de su chaqueta y las apoyo sobre sus costados. Comienzo a acariciarle y sonrío intentando hacer que se relaje.

-Tranquilo, Justin –subo mis manos más arriba.
-Va..vale –gimotea, y noto entonces que sus músculos se relajan por el contacto de mis manos contra su pecho.

Vuelvo a mirar por encima de sus hombros. Tengo que pensar en algo. No puede verle. Intento idear un plan pero el hombre está demasiado cerca. Faltan unos segundos hasta que se encuentre de lleno con Justin Bieber. No. No si no logra verle la cara. No si no le reconoce.

-No te des la vuelta –susurro precipitadamente sobre su oído, espero que me haga caso.

Me deshago nuevamente del peso de su cuerpo contra el mío y salgo de ahí como puedo, dejando a Justin de cara a la pared. Antes de que pueda llegar a él, me interpongo entre El fotógrafo y Justin y intento parecer lo más histérica posible.

-¡Que haces! –Grito lo más fuerte que puedo- ¿Quieres echarnos fotos a mi novio y a mí? –doy un paso adelante y el retrocede- ¿Eres un pervertido? –Avanzo- ¿Por qué nos persigues? ¿Crees que no me he dado cuenta? –Espero un momento, al ver que no responde continuo- Puedo ponerte una demanda por acoso, o por echarnos fotos sin permiso. ¿Has echado alguna foto? –Digo seria- contesta.
-N-no –tartamudea él, asombrado.
-Más te vale –le miro- y ahora vete de aquí.

En realidad tengo miedo. Intento parecer lo más segura que puedo pero en realidad estoy asustada. No quiero que vean a Justin. Significaría paparazzis aquí en cuestión de minutos. El hombre sigue mirándome asombrado sin saber qué hacer. Mira por encima de mi hombro hacia el chico que sigue de espaldas (o eso espero) detrás de mí. Vuelve a mirarme, y se va.

Me doy la vuelta lentamente y me acerco a Justin de nuevo. Cojo su mano y comenzamos a andar en dirección contraria a nuestro destino para evitar volver a cruzarnos con el fotógrafo.

-Impresionante –murmura mientras nos alejamos calle arriba- no conocía esa faceta tuya –sonríe.
-Si, bueno –contesto nerviosa.
-Me ha gustado la parte de “¿nos espías a mi novio y a mí?” –ríe.
-¿Por qué?
-Por lo de… -duda- por lo de novio.

Otro escalofrío. Soy idiota.

-¿Puedo preguntarte algo? –le miro fijamente.

El asiente.

-Desde que hemos salido de casa… -guardo silencio- lo de cogerme la mano y abrazarme –dudo de nuevo- ¿ha sido solo para que no supieran que eras tú? Es decir, para que pensaran que solo eras un chico con su novia paseando.
-¿Qué? –Dice sin comprenderlo, y después ríe- pues claro que no.

En ese momento pienso que soy la chica más idiota del mundo.

-Te he cogido la mano porque me gustas, ya lo sabes –en ese momento, se da cuenta de lo que ha dicho y sus mejillas se tornan de un rojo intenso- bueno, supongo… esto, es que… -es la primera vez que le veo así de nervioso- ya lo sabes.

Pienso durante un momento, pero no me salen las palabras.

-Y lo del abrazo… Sweden, ya sabes lo que pasa entre nosotros –sonríe ahora más seguro- ya sabes que me gustas. Lo siento si te has sentido incomoda o algo así –mete su mano en el bolsillo trasero de su pantalón- pero ha sido un impulso. No se –hace lo mismo con la otra mano- supongo que ha sido un impulso. Necesitaba hacerlo.
-Tranquilo –intervengo yo- es solo que pensaba que lo habías hecho por otra razón –sonrío- pero si es por eso… me alegro.

Los dos nos miramos durante unos segundos que parecen horas. El tiempo se para durante una fracción de segundo y solo le veo a él. Mirándome intensamente. Justin se acerca de nuevo a mí, ahora más seguro que nunca.

-¿Entonces puedo abrazarte de nuevo? –ahora parece tímido.
-Siempre que quieras.
-¿Y la mano? –sonríe.
-Siempre que quieras.
-Y… -Ahora se acerca más a mí, pero en ese momento centro mi atención en otra cosa y él se da cuenta.

Miro un momento hacia atrás para percatarme de que mis dudas eran ciertas. Me había parecido ver al fotógrafo siguiéndonos. Ahora sé que es verdad.

-Joder –murmuro.
-¿Qué pasa, Sweden? –dice el sin girar la cabeza.
-El fotógrafo, nos está siguiendo.

Veo como Justin dice algo entre dientes, pero no puedo lograr adivinar el que.

-Hay un callejón un poco más adelante. Está en un pequeño parque y da a otra calle desde la que solo se puede entrar dando toda la vuelta. -intento pensar- si logramos llegar a ese callejón le despistaremos.
-¿Cómo? Nos está persiguiendo. Se dará cuenta. –murmura.

En ese momento veo a Daniel. Un chico que me debe unos cuantos favores. Es un buen amigo, aunque no precisamente de esos a los que les presentas a tus padres. Lo bueno, es que la gente como él, sabe devolver favores y una vez que saben que pueden confiar en ti, te conviertes en su amigo para siempre. Te protegen.

-Daniel –susurro.

Justin me mira ahora intrigado.

-¿Quién es Daniel? –pregunta intentando seguir con la cabeza hacia delante para que el fotógrafo no le vea la cara.
-Cuando yo te haga una señal, ve hacia allí –señalo el parque con el pequeño pasillo. El callejón- tienes que separarte de mí antes de que Daniel te vea. Hazme caso. Nos vemos en unos minutos.

Seguimos andado hasta estar lo bastante cerca el callejón y de Daniel para que no sospeche. Miro a Justin una última vez y le hago la señal. El comienza a andar más rápido y se mete en el parque. Veo como se sube los pantalones. Sus bóxers vuelven a asomar a pesar de todo. Este chico no cambia.

-¡Daniel! –le llamo.


Al momento el chico viene hacia mí. Sonríe, pero su sonrisa desaparece cuando ve mi cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario