Lo cierto es
que es evidente que los dos nos atraemos. No hay nada más que vernos para saber
que hay sentimientos. Los dos nos queremos, aunque sea de una forma diferente.
Aunque la verdad es que a veces pienso que el también está enamorado de mi. A
fin y al cabo, coge un avión para venir a verme ¿no?, deja lo que está haciendo
para llamarme por teléfono a cualquier hora ¿no?, hay atracción física. Eso es
evidente.
Entramos
ahora en la última plaza que hay que atravesar para llegar a nuestro destino.
Esta es la más grande del pueblo, ya que aquí está la iglesia. Frente a ella
hay un parque. Veo a unos niños jugando en él, y me sorprende ver a bastante
gente en la puerta de la iglesia. Veo entonces a varios fotógrafos que esperan
parados frente a ella.
Hay una
boda.
Justin me
mira al darse cuenta de que uno de los fotógrafos nos está mirando fijamente
mientras entramos en la plaza.
-Tranquilo
–susurro- solo es una boda.
-Está bien
–dice algo nervioso.
Seguimos
andando y el hombre no nos quita la vista de encima. Es evidente que no puede
ser quien está pensando que es. No aquí. No abrazando a una chica desconocida.
Y entonces me doy cuenta. Entonces caigo en que todo lo que había imaginado era
mentira. Justin no siente nada por mí, al menos no como lo que a mí me
gustaría. Solo está abrazándome para que sea un poco más creíble su identidad.
Chico normal abraza a chica normal. Novia normal, novio normal. Todo encaja. En
ese momento siento ganas de deshacerme de su abrazo y alejarme unos pasos de
él. Por alguna razón me ha sentado mal descubrirlo y ahora estoy dolida. Pero
no me da tiempo a apartarme de él, porque él lo hace de mi. Se para en seco y
se gira para quedar cara a cara conmigo. Veo que le da la espalda a alguien, el
fotógrafo de acerca desde lejos. Ahora lo pillo.
-¿Qué
hacemos? –dice con un tono histérico en su voz.
-Ven.
Cojo su mano
y tiro de ella. Vamos hasta el borde de la plaza y me apoyo en una pared. Le
atraigo hacia mí y hago que se acerque para intentar intimidar al fotógrafo. Al
menos, si yo fuera el no me acercaría a unos jóvenes que están acaramelados en
la esquina de una plaza. Significa que quieren intimidad.
Justin
comprende mi acto y apoya sus brazos sobre la pared, extendiéndolos y dejándome
a mí en medio de ellos. Acerca su cara a la mía y me mira fijamente como si de
verdad fuera a darme un beso. Me pongo de puntillas con su aliento chocando
contra mi cuello para mirar por encima de su hombro, y veo que el hombre sigue
avanzando con su cámara hacia nosotros. Ese tipo no tiene sentido de la
vergüenza. No molestes a dos novios que están a punto de besarse. No lo hagas.
-Viene
–susurro.
-Mierda
–dice, y noto su aliento contra mi cuello de nuevo. Está muy tenso. Nos van a
pillar.
Sin pensar,
meto mis manos por el interior de su chaqueta y las apoyo sobre sus costados.
Comienzo a acariciarle y sonrío intentando hacer que se relaje.
-Tranquilo,
Justin –subo mis manos más arriba.
-Va..vale
–gimotea, y noto entonces que sus músculos se relajan por el contacto de mis
manos contra su pecho.
Vuelvo a
mirar por encima de sus hombros. Tengo que pensar en algo. No puede verle.
Intento idear un plan pero el hombre está demasiado cerca. Faltan unos segundos
hasta que se encuentre de lleno con Justin Bieber. No. No si no logra verle la
cara. No si no le reconoce.
-No te des
la vuelta –susurro precipitadamente sobre su oído, espero que me haga caso.
Me deshago
nuevamente del peso de su cuerpo contra el mío y salgo de ahí como puedo,
dejando a Justin de cara a la pared. Antes de que pueda llegar a él, me
interpongo entre El fotógrafo y Justin y intento parecer lo más histérica
posible.
-¡Que haces!
–Grito lo más fuerte que puedo- ¿Quieres echarnos fotos a mi novio y a mí? –doy
un paso adelante y el retrocede- ¿Eres un pervertido? –Avanzo- ¿Por qué nos
persigues? ¿Crees que no me he dado cuenta? –Espero un momento, al ver que no
responde continuo- Puedo ponerte una demanda por acoso, o por echarnos fotos
sin permiso. ¿Has echado alguna foto? –Digo seria- contesta.
-N-no
–tartamudea él, asombrado.
-Más te vale
–le miro- y ahora vete de aquí.
En realidad
tengo miedo. Intento parecer lo más segura que puedo pero en realidad estoy
asustada. No quiero que vean a Justin. Significaría paparazzis aquí en cuestión
de minutos. El hombre sigue mirándome asombrado sin saber qué hacer. Mira por
encima de mi hombro hacia el chico que sigue de espaldas (o eso espero) detrás
de mí. Vuelve a mirarme, y se va.
Me doy la
vuelta lentamente y me acerco a Justin de nuevo. Cojo su mano y comenzamos a
andar en dirección contraria a nuestro destino para evitar volver a cruzarnos
con el fotógrafo.
-Impresionante
–murmura mientras nos alejamos calle arriba- no conocía esa faceta tuya
–sonríe.
-Si, bueno
–contesto nerviosa.
-Me ha
gustado la parte de “¿nos espías a mi novio y a mí?” –ríe.
-¿Por qué?
-Por lo de…
-duda- por lo de novio.
Otro
escalofrío. Soy idiota.
-¿Puedo
preguntarte algo? –le miro fijamente.
El asiente.
-Desde que
hemos salido de casa… -guardo silencio- lo de cogerme la mano y abrazarme –dudo
de nuevo- ¿ha sido solo para que no supieran que eras tú? Es decir, para que
pensaran que solo eras un chico con su novia paseando.
-¿Qué? –Dice
sin comprenderlo, y después ríe- pues claro que no.
En ese momento
pienso que soy la chica más idiota del mundo.
-Te he
cogido la mano porque me gustas, ya lo sabes –en ese momento, se da cuenta de
lo que ha dicho y sus mejillas se tornan de un rojo intenso- bueno, supongo…
esto, es que… -es la primera vez que le veo así de nervioso- ya lo sabes.
Pienso
durante un momento, pero no me salen las palabras.
-Y lo del
abrazo… Sweden, ya sabes lo que pasa entre nosotros –sonríe ahora más seguro-
ya sabes que me gustas. Lo siento si te has sentido incomoda o algo así –mete su
mano en el bolsillo trasero de su pantalón- pero ha sido un impulso. No se
–hace lo mismo con la otra mano- supongo que ha sido un impulso. Necesitaba
hacerlo.
-Tranquilo
–intervengo yo- es solo que pensaba que lo habías hecho por otra razón –sonrío-
pero si es por eso… me alegro.
Los dos nos
miramos durante unos segundos que parecen horas. El tiempo se para durante una
fracción de segundo y solo le veo a él. Mirándome intensamente. Justin se
acerca de nuevo a mí, ahora más seguro que nunca.
-¿Entonces puedo
abrazarte de nuevo? –ahora parece tímido.
-Siempre que
quieras.
-¿Y la mano?
–sonríe.
-Siempre que
quieras.
-Y… -Ahora
se acerca más a mí, pero en ese momento centro mi atención en otra cosa y él se
da cuenta.
Miro un
momento hacia atrás para percatarme de que mis dudas eran ciertas. Me había
parecido ver al fotógrafo siguiéndonos. Ahora sé que es verdad.
-Joder
–murmuro.
-¿Qué pasa,
Sweden? –dice el sin girar la cabeza.
-El
fotógrafo, nos está siguiendo.
Veo como
Justin dice algo entre dientes, pero no puedo lograr adivinar el que.
-Hay un
callejón un poco más adelante. Está en un pequeño parque y da a otra calle
desde la que solo se puede entrar dando toda la vuelta. -intento pensar- si
logramos llegar a ese callejón le despistaremos.
-¿Cómo? Nos
está persiguiendo. Se dará cuenta. –murmura.
En ese
momento veo a Daniel. Un chico que me debe unos cuantos favores. Es un buen
amigo, aunque no precisamente de esos a los que les presentas a tus padres. Lo
bueno, es que la gente como él, sabe devolver favores y una vez que saben que
pueden confiar en ti, te conviertes en su amigo para siempre. Te protegen.
-Daniel
–susurro.
Justin me
mira ahora intrigado.
-¿Quién es
Daniel? –pregunta intentando seguir con la cabeza hacia delante para que el
fotógrafo no le vea la cara.
-Cuando yo
te haga una señal, ve hacia allí –señalo el parque con el pequeño pasillo. El
callejón- tienes que separarte de mí antes de que Daniel te vea. Hazme caso.
Nos vemos en unos minutos.
Seguimos
andado hasta estar lo bastante cerca el callejón y de Daniel para que no
sospeche. Miro a Justin una última vez y le hago la señal. El comienza a andar
más rápido y se mete en el parque. Veo como se sube los pantalones. Sus bóxers
vuelven a asomar a pesar de todo. Este chico no cambia.
-¡Daniel!
–le llamo.
Al momento
el chico viene hacia mí. Sonríe, pero su sonrisa desaparece cuando ve mi cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario