✖️

Podemos leernos también en http://nsgritandoensilencio.blogspot.com.es/, donde hablo de todo sobre nada y gritamos un poco en silencio.

martes, 16 de julio de 2013

•"Tan solo una salida" {Capítulo 27}.

-El nombre que debe constar en la lápida es Anne Marie Hamilton.

Exhalo un largo e intenso suspiro haciendo que todo mi cuerpo recoja aire y giro el pomo de la puerta para encontrarme de lleno con ella. Traspaso la puerta y entonces la veo, Sweden. Mi Sweden. A pesar de estar llena de cables y conectada a una máquina sobre esa cama sigue siendo igual de preciosa. Sigue estando aquí.

Sigue siendo mía.



#Sweden
Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a ser mi vida o en cómo vivirla hasta que un día encontré a alguien con quien compartirla. Supongo que las personas pasamos la existencia esperando encontrar a alguien que te llene por completo, alguien que te haga sentir esa vibración en las venas al tocarte, que haga que tu corazón se dispare y se pierda en el jodido universo y que haga que tu piel se erice con tan solo una caricia. Yo lo encontré. Encontré a esa persona por la que daría la vida y ahora ya no sé donde estoy ni que he hecho para hacer que se aleje.


Siento una presión horrible en la cabeza y no puedo ver nada. Noto miles de agujas entrar y salir en mi cerebro y es como si alguien quisiera cortarlo en trocitos y yo estuviera sintiéndolo con cada pinchazo. Noto una presión en el pecho y me cuesta respirar. Todo está oscuro y no puedo ver. Intento abrir los ojos pero me pesan demasiado. Hago un amago de mover la mano para tocarme la cara y despertar del sueño pero mis manos no responden, es como una de esas pesadillas en las que alguien te persigue pero tú no puedes correr demasiado rápido y acabas cayéndote al suelo sin poder moverte. Me siento pesada y me duele todo el cuerpo. Quiero despertar de este sueño, no me gusta. Quiero volver. ¿Por qué no puedo volver? Intento inhalar aire para saber donde estoy pero no huelo nada. Mis sentidos están muertos y yo quiero salir corriendo. No oigo nada, solo un constante pitido a mi lado derecho, como si hubiera una de esas máquinas de los hospitales a mi lado, pero no puede ser… ¿o sí?

Pasa el tiempo y yo sigo sin poder hacer nada. Mis sentidos se agudizan pero mi cuerpo sigue sin responder a las órdenes. Y entonces escucho algo que hace que todos mis músculos quieran tensarse y salir corriendo hacia la voz.

-Sweden, Cariño –susurra- buenos días.

Es él.

Noto que acaricia mi mano y se sienta a la derecha. Oh dios, está muy cerca de mí y ahora puedo sentir las puntas de sus dedos jugar con un mechón de mi pelo. Quiero abrir los ojos, necesito verle.

¡Justin, estoy aquí! Quiero gritar, pero no tengo voz.

Y de repente se aleja y vuelvo a tener frío. Sigo escuchando y noto que habla con alguien al final de la habitación. Su voz llega como un dulce eco que me hace tener más ganas de volver a salir corriendo y tirarme entre sus brazos.

-¿No debería haber despertado ya? –murmura, y sé que está preocupado.
-Necesita tiempo –dice otra voz.
-Pero ya ha pasado una semana –ahora está tenso.
-Señor Bieber, estamos haciendo todo lo que podemos pero salir de un coma es algo que solo puede hacer el paciente, solo podemos esperar.
¿Un coma? ¿Estoy en un coma? No, pero… eso no es posible.
-Necesito que despierte –espeta- va a hacerlo ¿no?
-Tenemos que creer que si, ya ha pasado todo el peligro y en un caso así ellos suelen despertar al cabo de cinco a siete días.

Escucho a alguien salir de la habitación y a Justin suspirar pesadamente, entonces vuelve a mi lado y coge de nuevo mi mano para entrelazar nuestros dedos. Noto su voz muy cerca.

-Sweden, pequeña –susurra- necesito que despiertes. Te necesito aquí conmigo, vamos.

Yo también te necesito, Justin.

-Estos están siendo los peores días de mi vida ¿sabes? –mustia- y ni siquiera sé si vas a despertar.

¡Claro que lo haré, yo necesito estar ahí!

-Pero necesito creer que vas a hacerlo. Por mi –aprieta nuestras manos- o por ti. Por ambos, te quiero aquí de nuevo.

Necesito levantarme y decirle que he vuelto y no pienso irme, quiero apretar mi mano contra la suya para sentirlo más cerca pero mis malditos músculos no responden. Esto es un infierno.

-¿Sabes qué? –Continúa- yo se que eres fuerte. Hemos superado tantas cosas juntos que sé que esto es solo un bache más y pronto estarás a mi lado de nuevo –él suelta un leve suspiro y lo noto sonreír- creo que si alguien supiera todo lo que me haces sentir estaría tan enamorado de ti como yo lo estoy, y tengo miedo.

No, Justin, no lo tengas. Yo te quiero, te quiero a ti.

-Prometí estar siempre contigo… y aquí estoy.

Y yo lo estaré también.

-¿Sabes… -hace una pausa y tras unos segundos continúa- sabes lo que le pasa a los periquitos cuando se les separa? –Guarda silencio durante un momento como si yo pudiera contestar- Que al primer día dejan de cantar –suspira- después de comer, y más tarde se mueren de pena.

No…

-¿Y sabes por qué? –vuelve a esperar mi respuesta- porque nacen para estar juntos. Por eso me quedo aquí contigo… hasta el final.

Y en ese momento quiero llorar. Noto mis ojos húmedos pero no puedo saber si alguien más se dará cuenta. ¿O sí? De repente Justin suelta mi mano y se aleja hacia la puerta. Unos minutos después vuelve y noto la presencia de otra persona.

-Mire –dice- he visto una lágrima correr por su mejilla.

Él parece alarmado.

-¿Qué estabas haciendo? –le pregunta la enfermera.

El guarda silencio un momento.

-Estaba… estaba hablando con ella.
-En ese caso sigue haciéndolo –dice alegre- estás haciendo que vuelva.

Noto como la mujer se va y Justin vuelve a mi lado, esta vez con más fuerza. Esta vez su agarre es más intenso y sé que es una súplica.

-Vuelve conmigo, Sweden –susurra casi en mi oído.

Quiero hacerlo.

Pasan unos minutos y por fin vuelvo a escuchar su voz.

-Te elegí a ti porque eres la persona que me hace feliz –noto que ahora acaricia mi cara- a quien tengo en mi mente a cada momento y por la cual me arriesgué a decirle todo lo que sentía y no me importó nada más. Tú me haces soñar sin necesidad de dormir. Siempre me pregunto qué estarás haciendo o donde estarás. –Su voz es suave y dulce, como la de un niño pequeño- Eres tú la persona por la que me muero de celos cuando otro chico te mira, daría mi vida por ti y aunque sienta que no te merezco y no soy suficiente necesito que tú quieras estar conmigo. Te necesito para vivir. Por ti me levanto cada día con una sonrisa y sigo aquí luchando por esta locura –una lágrima cae sobre mi mano y entonces sé que está llorando- y no me importa nada. No te cambiaría por nada ni por nadie en este mundo. Tu eres mía Sweden –susurra- eres con quien quiero estar el resto de mi vida.

Y en ese momento me siento con ganas de comerme el mundo. Es entonces cuando sé que todo esto es más fuerte que cualquier cosa y que por más meteoritos que nos caigan encima voy a seguir luchando con uñas y dientes, voy a dar la vida y el alma por volver a verlo. 
Necesito ver de nuevo sus ojos, quiero sentir su sonrisa. 
Y entonces la veo.

Poco a poco consigo abrir los ojos y la luz me ciega de tal forma que tengo que volver a cerrarlos de inmediato. Vuelvo a abrirlos un poco y veo que está mirando hacia abajo, hacia nuestras manos. Ahora está serio. Intento moverme pero solo logro hacer una mueca que se convierte en una sonrisa. He vuelto, él está aquí y yo también. Ahora puedo verle.

-Justin… -susurro.
-¿Si? –murmura, tan bajo que casi no puedo oírle.

Y de repente se da cuenta de quién le ha llamado. Todo encaja y como si la vida le fuera en ello alza la cabeza y nuestros ojos se encuentran de lleno. Veo en su cara excitación y alarma. Sorpresa. Se queda mudo e inmóvil durante unos segundos y tras reaccionar se echa sobre mí y me veo envuelta entre sus brazos. El aire comienza a faltarme pero no me resisto. Se siente demasiado bien.

-Sweden –dice ahora más alto- Sweden estás despierta –el me suelta entonces y agarra con sus dos manos mi cara- ¿esto es real?

Trago saliva y pruebo mi voz.

-Eso espero –susurro, un pequeño hilo atraviesa mis cuerdas vocales. Suficiente.
-Demonios, me hiciste pasarlo realmente mal.

Y ahora su sonrisa me choca de lleno y me hace perderme en ella. Mantenemos los ojos hundidos dentro de los del otro durante al menos cinco minutos, y entonces me siento fuerte.

-Estás muy feo –sonrío.

Él hace una mueca y después me devuelve una risa.

-Llevo días sin dormir. Tú tampoco estás para ir a una fiesta –bufa.

Me quedo en silencio y entonces la realidad me golpea de lleno de nuevo. Estoy aquí…

-Justin… -él nota mi cambio y entonces su expresión cambia con la mía.
-Eh, eh, Sweden –murmura- quiero que estés tranquila. Ahora voy a avisar a una enfermera.

Él se pone en pie e intenta avanzar hacia la puerta pero hago nuestro agarre más fuerte y se lo impido.

-Justin, ¿por qué estoy…

Y entonces todo vuelve a mi cabeza. Imágenes de nosotros, él llorando, yo sobre el suelo. Le veo en la calle y pongo la puerta de por medio, después veo lágrimas, muchas lágrimas. La llamada. Ahora ya lo recuerdo.
Y sé que él lo sabe.

-Sweden por favor –me pide- escúchame, todo está bien.
-Mi madre…

El hace una mueca de tristeza, lo que sirve para confirmar lo que ya sabía.

-Lo siento mucho, Swed.

Mis ojos comienzan de nuevo a llenarse de lágrimas y noto dolor en el pecho. Vuelvo a sentir la misma sensación y ahora recuerdo por qué tomé aquellas pastillas.

-Pero ahora yo estoy contigo –susurra pasando su dedo por mi mejilla y retirando las lágrimas- y no pienso dejarte sola.

Ambos nos miramos y sé que aunque duela… es cierto.


Pasadas unas horas consigo calmarme e intentar absorber toda la información y las emociones. Una enfermera me retira las vías para respirar pero me deja la aguja clavada en las venas. Siempre he odiado las agujas. No puedo soportar estar por más tiempo aquí encerrada. Han dicho que necesito descansar y que si todo va bien esta misma noche podré marcharme a casa. Justin me lo ha explicado todo y yo sigo sin tener palabras para agradecerle todo lo que ha hecho. Él mandó organizar todo el entierro de mi madre. La incineró y esperó a que yo despertara para mandar preparar el entierro para el día siguiente de mi salida del hospital. Si todo sale como esperamos mañana por la mañana le daré un último adiós a mi madre y entonces tendré que aceptar que todo esto es real.

-Justin…
-Oye, siento haberlo hecho sin tu permiso pero si no era así el entierro habría sido hace días y tu no podrías haber estado ahí –murmura.
-No –sonrío- a ella le habría gustado así. Yo solo… -intento encontrar las palabras, pero no quieren dignarse a salir- no sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí.

El está acostado a un lado de la cama junto a mí, estamos frente a frente y noto el calor de su cuerpo chocar contra el mío.

-Sólo quédate conmigo –susurra.

Nuestras miradas se hacen ahora más intensas y él se acerca más a mi cara. Sé lo que busca, y yo también lo quiero. Demonios, no sé cómo pude haber pensado ni un momento en estar lejos de ti. Sus labios me buscan y yo siento el calor. Mojo los míos y cierro los ojos, noto su mano sobre mi cara y nuestras bocas se unen en una solo mientras sus dedos acarician mi mejilla y me siento más fuerte que nunca a pesar de que la vida quiera acabar conmigo, porque mientras le tenga todo sobra. Subo mi mano por su cuello y entonces hecho su cabeza hacia atrás haciendo que abra más la boca. Lo necesito. Él sonríe sobre mis labios captando la petición y ahora es quien me obliga a abrir la mía para entrar dentro. Nuestras lenguas se acarician y comienzan a darse de nuevo la bienvenida. Le he echado tanto de menos…

-Oye, ¿estás bien? –susurra una vez separados, todavía está muy cerca.
-Lo estaré.

Justin echa hacia atrás unos centímetros más para poder mirarme a los ojos y suspira.

-Realmente siento todo esto.
-Justin, nada de esto es culpa tuya –bufo- yo soy una idiota.
-Debería haber estado ahí –y ahora una mueca de dolor cruza su cara.
-No puedes estar en todos sitios a todas horas en cualquier momento –le digo buscando sus ojos- eres Justin Bieber, no Superman.

Él me mira y vuelve a hacer una mueca, esta vez de sonrisa.

-Tenía miedo de despertarme en ese sillón y que tu no estuvieras.
-Pero ahora estoy aquí. Supongo que es mejor no saber que instante será el último –sonrío- ¿Quién dice que no viviré para siempre?
-Una vida inmortal a tu lado –susurra, y mira al techo.
-Eres idiota –suelto una pequeña carcajada y él vuelve a mirarme en silencio- ¿Qué?
-Me gusta ser la razón de tu sonrisa.
-Solo estamos en este mundo por un tiempo limitado así que ¿por qué no disfrutarlo?

Él me mira y asiente.

-¿Significa eso que no vas a volver a echarme de tu casa?
-Te comportaste como un imbécil, estabas loco así que tuve que echarte –intento sonar divertida pero lo cierto es que ese tema aún me duele.
-No sabes cómo me sentí aquella noche –dice- siento haber perdido la cabeza.
-No importa –sonrío y junto nuestras manos.

Y él clava en mí sus ojos perforándome el alma.

-Tú eres mi vida.
-Nunca quise ser tu vida entera, solo tu parte favorita.
-Oh, créeme, lo eres.


Poco después la enfermera trae una bandeja con comida para mí y Justin baja a la cafetería a por un bocadillo. Yo tengo que comerme esta basura o no me dejarán salir hoy. Mientras miramos la tele al fondo su teléfono suena y veo que habla molesto con alguien, al colgar vuelve a sacar su sonrisa pero sé que algo va mal.

-¿Qué ocurre?
-No es nada –dice, y le da otro bocado.
-Ajam –murmuro y lo miro fijamente.
-No es… -él capta que finalmente tendrá que decírmelo así que se rinde- Scooter no deja de llamar.

Y entonces me doy cuenta de quién está a mi lado.

-Tú deberías estar en California.
-Yo solo debo estar aquí –dice convencido.
-Justin, tú tienes obligaciones.
-Primero tú –me señala- después el mundo –vuelve a fijar la vista en la televisión- y comete eso de una vez, frio estará aún peor.

Resignada se que ha dado el tema por zanjado, aunque aún tenemos mucho de lo que hablar.

-Justin…

Él me mira alzando una ceja.

-No es eso.
-¿Qué entonces?
-¿Cómo…

Dejo sin terminar la frase porque sé que lo ha entendido. Suspira pesadamente y busca valor para comenzar a hablar.

-Nunca llegué a irme –encoje los hombros- me quedé sentado en la puerta de tu casa.

No puedo evitar que una sonrisa asome por las comisuras de mis labios.

-¿Enserio?

Él asiente indiferente y entonces se pone serio.

-Pasaron las horas y tú seguías sola. Pensé que tu madre ya debería haber llegado y entonces escuché ruidos dentro. Solo necesitaba saber que estabas bien –murmura- llamé mil veces a la puerta pero nadie abría. Al principio supuse que no querrías hablar conmigo pero pasado el tiempo vi que no era normal y…
-Y tiraste la puerta abajo –río.

Él me mira medio divertido y medio irritado porque su comentario me haga gracia. Guarda silencio y asiente.

-Si.
-¿Tienes complejo de Hagrid?
-¿Qué? –dice desconcertado.
-Hagrid, el de Harry Potter –intento reprimir una carcajada pero acabo poniendo una cara ridícula sin poder evitarlo así que la suelto- a él le va eso de echar puertas abajo.
-Idiota –dice ahora, pero entonces sonríe.

Le doy un pequeño codazo y se retuerce de falso dolor.

-Oye, no te hagas la graciosa ¿vale? –Ahora parece molesto- yo tuve que hacerte vomitar –hace una mueca- ¿crees que fue agradable?

Y entonces me quedo congelada.

-¿Enserio?

Justin se da cuenta de mi cambio e intenta quitarle importancia.

-No lo decía…
-No, lo sé –susurro- es solo que…
-No te sientas mal –me pide.
-Yo solo quería dejar de sentir dolor –bajo la mirada hasta el suelo- no es fácil ver como pierdes lo que antes creías eterno.

Su agarre se hace más fuerte entre mis dedos y asiente.

-No importa cuántas veces caigas si en todas te levantas –mustia.
-No es una excusa.
-Lo sé –murmura, y noto como sus ojos se rompen, está reprimiendo las lágrimas- morí de mil formas diferentes cuando te vi ahí tirada Sweden. No puedes imaginar…
-Shh –pongo un dedo sobre sus labios y levanto su cabeza.
-Dejemos todo esto ¿vale? Solo quiero estar contigo.
-Es lo único que necesito –responde.

Y así sus ojos vuelven a recuperar poco a poco su color miel y sus labios acortan distancias para encontrar de nuevo los míos, esta vez de una forma más intensa y desesperada.
Nuestra droga.
-----------------------------------------------------------------------------------
RT aquí si leíste el capítulo, espero que os haya gustado, no olvidéis comentar. Gracias.

3 comentarios:

  1. por dios es perfecto!!
    mori con lo de hagrid, jajajja enserio
    siguela porfis ^^

    ResponderEliminar
  2. NURIA, TE NECESITABA, JODER. DIOS. HE LLORADO UN MONTON. ¿QUIERES MATARME O QUÉ? TE QUIEROOOOOOOOOO.

    ResponderEliminar
  3. Holaa!!
    Tengo dos blogs: uno personal --> myworldlai.blogspot.com.es
    y otro dedicado a los 5 idiotas de las escaleras ^^ --> razonesporlasquesoydirectioner.blogspot.com.es (este blog lo llevo con otra directioner!)

    Pasate por los dos por favor!! y siguenos !! ;)
    por supuesto, si nos sigues, te seguimos de vuelta!!

    Un beso!!
    PD: deja comentario!! :)

    ResponderEliminar