-El nombre
que debe constar en la lápida es Anne
Marie Hamilton.
Exhalo un
largo e intenso suspiro haciendo que todo mi cuerpo recoja aire y giro el pomo
de la puerta para encontrarme de lleno con ella. Traspaso la puerta y entonces
la veo, Sweden. Mi Sweden. A pesar de estar llena de cables y conectada a una
máquina sobre esa cama sigue siendo igual de preciosa. Sigue estando aquí.
Sigue siendo
mía.
#Sweden
Nunca me
había detenido a pensar en cómo iba a ser mi vida o en cómo vivirla hasta que
un día encontré a alguien con quien compartirla. Supongo que las personas
pasamos la existencia esperando encontrar a alguien que te llene por completo,
alguien que te haga sentir esa vibración en las venas al tocarte, que haga que
tu corazón se dispare y se pierda en el jodido universo y que haga que tu piel
se erice con tan solo una caricia. Yo lo encontré. Encontré a esa persona por
la que daría la vida y ahora ya no sé donde estoy ni que he hecho para hacer
que se aleje.
Siento una
presión horrible en la cabeza y no puedo ver nada. Noto miles de agujas entrar
y salir en mi cerebro y es como si alguien quisiera cortarlo en trocitos y yo
estuviera sintiéndolo con cada pinchazo. Noto una presión en el pecho y me
cuesta respirar. Todo está oscuro y no puedo ver. Intento abrir los ojos pero
me pesan demasiado. Hago un amago de mover la mano para tocarme la cara y
despertar del sueño pero mis manos no responden, es como una de esas pesadillas
en las que alguien te persigue pero tú no puedes correr demasiado rápido y
acabas cayéndote al suelo sin poder moverte. Me siento pesada y me duele todo
el cuerpo. Quiero despertar de este sueño, no me gusta. Quiero volver. ¿Por qué
no puedo volver? Intento inhalar aire para saber donde estoy pero no huelo
nada. Mis sentidos están muertos y yo quiero salir corriendo. No oigo nada,
solo un constante pitido a mi lado derecho, como si hubiera una de esas
máquinas de los hospitales a mi lado, pero no puede ser… ¿o sí?
Pasa el
tiempo y yo sigo sin poder hacer nada. Mis sentidos se agudizan pero mi cuerpo
sigue sin responder a las órdenes. Y entonces escucho algo que hace que todos
mis músculos quieran tensarse y salir corriendo hacia la voz.
-Sweden,
Cariño –susurra- buenos días.
Es él.
Noto que
acaricia mi mano y se sienta a la derecha. Oh dios, está muy cerca de mí y
ahora puedo sentir las puntas de sus dedos jugar con un mechón de mi pelo.
Quiero abrir los ojos, necesito verle.
¡Justin, estoy
aquí! Quiero gritar, pero no tengo voz.
Y de repente
se aleja y vuelvo a tener frío. Sigo escuchando y noto que habla con alguien al
final de la habitación. Su voz llega como un dulce eco que me hace tener más
ganas de volver a salir corriendo y tirarme entre sus brazos.
-¿No debería
haber despertado ya? –murmura, y sé que está preocupado.
-Necesita
tiempo –dice otra voz.
-Pero ya ha
pasado una semana –ahora está tenso.
-Señor
Bieber, estamos haciendo todo lo que podemos pero salir de un coma es algo que
solo puede hacer el paciente, solo podemos esperar.
¿Un coma?
¿Estoy en un coma? No, pero… eso no es posible.
-Necesito
que despierte –espeta- va a hacerlo ¿no?
-Tenemos que
creer que si, ya ha pasado todo el peligro y en un caso así ellos suelen despertar
al cabo de cinco a siete días.
Escucho a
alguien salir de la habitación y a Justin suspirar pesadamente, entonces vuelve
a mi lado y coge de nuevo mi mano para entrelazar nuestros dedos. Noto su voz
muy cerca.
-Sweden,
pequeña –susurra- necesito que despiertes. Te necesito aquí conmigo, vamos.
Yo también
te necesito, Justin.
-Estos están
siendo los peores días de mi vida ¿sabes? –mustia- y ni siquiera sé si vas a
despertar.
¡Claro que
lo haré, yo necesito estar ahí!
-Pero
necesito creer que vas a hacerlo. Por mi –aprieta nuestras manos- o por ti. Por
ambos, te quiero aquí de nuevo.
Necesito
levantarme y decirle que he vuelto y no pienso irme, quiero apretar mi mano
contra la suya para sentirlo más cerca pero mis malditos músculos no responden.
Esto es un infierno.
-¿Sabes qué?
–Continúa- yo se que eres fuerte. Hemos superado tantas cosas juntos que sé que
esto es solo un bache más y pronto estarás a mi lado de nuevo –él suelta un
leve suspiro y lo noto sonreír- creo que si alguien supiera todo lo que me
haces sentir estaría tan enamorado de ti como yo lo estoy, y tengo miedo.
No, Justin,
no lo tengas. Yo te quiero, te quiero a ti.
-Prometí
estar siempre contigo… y aquí estoy.
Y yo lo
estaré también.
-¿Sabes…
-hace una pausa y tras unos segundos continúa- sabes lo que le pasa a los
periquitos cuando se les separa? –Guarda silencio durante un momento como si yo
pudiera contestar- Que al primer día dejan de cantar –suspira- después de
comer, y más tarde se mueren de pena.
No…
-¿Y sabes
por qué? –vuelve a esperar mi respuesta- porque nacen para estar juntos. Por
eso me quedo aquí contigo… hasta el final.
Y en ese
momento quiero llorar. Noto mis ojos húmedos pero no puedo saber si alguien más
se dará cuenta. ¿O sí? De repente Justin suelta mi mano y se aleja hacia la
puerta. Unos minutos después vuelve y noto la presencia de otra persona.
-Mire –dice-
he visto una lágrima correr por su mejilla.
Él parece
alarmado.
-¿Qué
estabas haciendo? –le pregunta la enfermera.
El guarda
silencio un momento.
-Estaba…
estaba hablando con ella.
-En ese caso
sigue haciéndolo –dice alegre- estás haciendo que vuelva.
Noto como la
mujer se va y Justin vuelve a mi lado, esta vez con más fuerza. Esta vez su
agarre es más intenso y sé que es una súplica.
-Vuelve
conmigo, Sweden –susurra casi en mi oído.
Quiero
hacerlo.
Pasan unos
minutos y por fin vuelvo a escuchar su voz.
-Te elegí a
ti porque eres la persona que me hace feliz –noto que ahora acaricia mi cara- a
quien tengo en mi mente a cada momento y por la cual me arriesgué a decirle
todo lo que sentía y no me importó nada más. Tú me haces soñar sin necesidad de
dormir. Siempre me pregunto qué estarás haciendo o donde estarás. –Su voz es
suave y dulce, como la de un niño pequeño- Eres tú la persona por la que me
muero de celos cuando otro chico te mira, daría mi vida por ti y aunque sienta
que no te merezco y no soy suficiente necesito que tú quieras estar conmigo. Te
necesito para vivir. Por ti me levanto cada día con una sonrisa y sigo aquí
luchando por esta locura –una lágrima cae sobre mi mano y entonces sé que está
llorando- y no me importa nada. No te cambiaría por nada ni por nadie en este
mundo. Tu eres mía Sweden –susurra- eres con quien quiero estar el resto de mi
vida.
Y en ese
momento me siento con ganas de comerme el mundo. Es entonces cuando sé que todo
esto es más fuerte que cualquier cosa y que por más meteoritos que nos caigan
encima voy a seguir luchando con uñas y dientes, voy a dar la vida y el alma
por volver a verlo.
Necesito ver de nuevo sus ojos, quiero sentir su sonrisa.
Y
entonces la veo.
Poco a poco
consigo abrir los ojos y la luz me ciega de tal forma que tengo que volver a
cerrarlos de inmediato. Vuelvo a abrirlos un poco y veo que está mirando hacia
abajo, hacia nuestras manos. Ahora está serio. Intento moverme pero solo logro
hacer una mueca que se convierte en una sonrisa. He vuelto, él está aquí y yo
también. Ahora puedo verle.
-Justin…
-susurro.
-¿Si?
–murmura, tan bajo que casi no puedo oírle.
Y de repente
se da cuenta de quién le ha llamado. Todo encaja y como si la vida le fuera en
ello alza la cabeza y nuestros ojos se encuentran de lleno. Veo en su cara
excitación y alarma. Sorpresa. Se queda mudo e inmóvil durante unos segundos y
tras reaccionar se echa sobre mí y me veo envuelta entre sus brazos. El aire
comienza a faltarme pero no me resisto. Se siente demasiado bien.
-Sweden
–dice ahora más alto- Sweden estás despierta –el me suelta entonces y agarra
con sus dos manos mi cara- ¿esto es real?
Trago saliva
y pruebo mi voz.
-Eso espero
–susurro, un pequeño hilo atraviesa mis cuerdas vocales. Suficiente.
-Demonios,
me hiciste pasarlo realmente mal.
Y ahora su
sonrisa me choca de lleno y me hace perderme en ella. Mantenemos los ojos
hundidos dentro de los del otro durante al menos cinco minutos, y entonces me
siento fuerte.
-Estás muy
feo –sonrío.
Él hace una
mueca y después me devuelve una risa.
-Llevo días
sin dormir. Tú tampoco estás para ir a una fiesta –bufa.
Me quedo en
silencio y entonces la realidad me golpea de lleno de nuevo. Estoy aquí…
-Justin… -él
nota mi cambio y entonces su expresión cambia con la mía.
-Eh, eh,
Sweden –murmura- quiero que estés tranquila. Ahora voy a avisar a una
enfermera.
Él se pone
en pie e intenta avanzar hacia la puerta pero hago nuestro agarre más fuerte y
se lo impido.
-Justin,
¿por qué estoy…
Y entonces
todo vuelve a mi cabeza. Imágenes de nosotros, él llorando, yo sobre el suelo.
Le veo en la calle y pongo la puerta de por medio, después veo lágrimas, muchas
lágrimas. La llamada. Ahora ya lo recuerdo.
Y sé que él
lo sabe.
-Sweden por
favor –me pide- escúchame, todo está bien.
-Mi madre…
El hace una
mueca de tristeza, lo que sirve para confirmar lo que ya sabía.
-Lo siento
mucho, Swed.
Mis ojos
comienzan de nuevo a llenarse de lágrimas y noto dolor en el pecho. Vuelvo a
sentir la misma sensación y ahora recuerdo por qué tomé aquellas pastillas.
-Pero ahora
yo estoy contigo –susurra pasando su dedo por mi mejilla y retirando las
lágrimas- y no pienso dejarte sola.
Ambos nos
miramos y sé que aunque duela… es cierto.
Pasadas unas
horas consigo calmarme e intentar absorber toda la información y las emociones.
Una enfermera me retira las vías para respirar pero me deja la aguja clavada en
las venas. Siempre he odiado las agujas. No puedo soportar estar por más tiempo
aquí encerrada. Han dicho que necesito descansar y que si todo va bien esta
misma noche podré marcharme a casa. Justin me lo ha explicado todo y yo sigo
sin tener palabras para agradecerle todo lo que ha hecho. Él mandó organizar
todo el entierro de mi madre. La incineró y esperó a que yo despertara para
mandar preparar el entierro para el día siguiente de mi salida del hospital. Si
todo sale como esperamos mañana por la mañana le daré un último adiós a mi
madre y entonces tendré que aceptar que todo esto es real.
-Justin…
-Oye, siento
haberlo hecho sin tu permiso pero si no era así el entierro habría sido hace
días y tu no podrías haber estado ahí –murmura.
-No –sonrío-
a ella le habría gustado así. Yo solo… -intento encontrar las palabras, pero no
quieren dignarse a salir- no sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí.
El está
acostado a un lado de la cama junto a mí, estamos frente a frente y noto el
calor de su cuerpo chocar contra el mío.
-Sólo
quédate conmigo –susurra.
Nuestras
miradas se hacen ahora más intensas y él se acerca más a mi cara. Sé lo que
busca, y yo también lo quiero. Demonios, no sé cómo pude haber pensado ni un
momento en estar lejos de ti. Sus labios me buscan y yo siento el calor. Mojo
los míos y cierro los ojos, noto su mano sobre mi cara y nuestras bocas se unen
en una solo mientras sus dedos acarician mi mejilla y me siento más fuerte que
nunca a pesar de que la vida quiera acabar conmigo, porque mientras le tenga
todo sobra. Subo mi mano por su cuello y entonces hecho su cabeza hacia atrás
haciendo que abra más la boca. Lo necesito. Él sonríe sobre mis labios captando
la petición y ahora es quien me obliga a abrir la mía para entrar dentro.
Nuestras lenguas se acarician y comienzan a darse de nuevo la bienvenida. Le he
echado tanto de menos…
-Oye, ¿estás
bien? –susurra una vez separados, todavía está muy cerca.
-Lo estaré.
Justin echa
hacia atrás unos centímetros más para poder mirarme a los ojos y suspira.
-Realmente
siento todo esto.
-Justin,
nada de esto es culpa tuya –bufo- yo soy una idiota.
-Debería
haber estado ahí –y ahora una mueca de dolor cruza su cara.
-No puedes
estar en todos sitios a todas horas en cualquier momento –le digo buscando sus
ojos- eres Justin Bieber, no Superman.
Él me mira y
vuelve a hacer una mueca, esta vez de sonrisa.
-Tenía miedo
de despertarme en ese sillón y que tu no estuvieras.
-Pero ahora
estoy aquí. Supongo que es mejor no saber que instante será el último –sonrío-
¿Quién dice que no viviré para siempre?
-Una vida
inmortal a tu lado –susurra, y mira al techo.
-Eres idiota
–suelto una pequeña carcajada y él vuelve a mirarme en silencio- ¿Qué?
-Me gusta
ser la razón de tu sonrisa.
-Solo
estamos en este mundo por un tiempo limitado así que ¿por qué no disfrutarlo?
Él me mira y
asiente.
-¿Significa
eso que no vas a volver a echarme de tu casa?
-Te
comportaste como un imbécil, estabas loco así que tuve que echarte –intento
sonar divertida pero lo cierto es que ese tema aún me duele.
-No sabes
cómo me sentí aquella noche –dice- siento haber perdido la cabeza.
-No importa
–sonrío y junto nuestras manos.
Y él clava
en mí sus ojos perforándome el alma.
-Tú eres mi
vida.
-Nunca quise
ser tu vida entera, solo tu parte favorita.
-Oh, créeme,
lo eres.
Poco después
la enfermera trae una bandeja con comida para mí y Justin baja a la cafetería a
por un bocadillo. Yo tengo que comerme esta basura o no me dejarán salir hoy.
Mientras miramos la tele al fondo su teléfono suena y veo que habla molesto con
alguien, al colgar vuelve a sacar su sonrisa pero sé que algo va mal.
-¿Qué
ocurre?
-No es nada
–dice, y le da otro bocado.
-Ajam
–murmuro y lo miro fijamente.
-No es… -él
capta que finalmente tendrá que decírmelo así que se rinde- Scooter no deja de
llamar.
Y entonces
me doy cuenta de quién está a mi lado.
-Tú deberías
estar en California.
-Yo solo
debo estar aquí –dice convencido.
-Justin, tú
tienes obligaciones.
-Primero tú
–me señala- después el mundo –vuelve a fijar la vista en la televisión- y
comete eso de una vez, frio estará aún peor.
Resignada se
que ha dado el tema por zanjado, aunque aún tenemos mucho de lo que hablar.
-Justin…
Él me mira
alzando una ceja.
-No es eso.
-¿Qué
entonces?
-¿Cómo…
Dejo sin
terminar la frase porque sé que lo ha entendido. Suspira pesadamente y busca
valor para comenzar a hablar.
-Nunca
llegué a irme –encoje los hombros- me quedé sentado en la puerta de tu casa.
No puedo
evitar que una sonrisa asome por las comisuras de mis labios.
-¿Enserio?
Él asiente
indiferente y entonces se pone serio.
-Pasaron las
horas y tú seguías sola. Pensé que tu madre ya debería haber llegado y entonces
escuché ruidos dentro. Solo necesitaba saber que estabas bien –murmura- llamé
mil veces a la puerta pero nadie abría. Al principio supuse que no querrías
hablar conmigo pero pasado el tiempo vi que no era normal y…
-Y tiraste
la puerta abajo –río.
Él me mira
medio divertido y medio irritado porque su comentario me haga gracia. Guarda
silencio y asiente.
-Si.
-¿Tienes
complejo de Hagrid?
-¿Qué? –dice
desconcertado.
-Hagrid, el
de Harry Potter –intento reprimir una carcajada pero acabo poniendo una cara
ridícula sin poder evitarlo así que la suelto- a él le va eso de echar puertas
abajo.
-Idiota
–dice ahora, pero entonces sonríe.
Le doy un
pequeño codazo y se retuerce de falso dolor.
-Oye, no te
hagas la graciosa ¿vale? –Ahora parece molesto- yo tuve que hacerte vomitar
–hace una mueca- ¿crees que fue agradable?
Y entonces
me quedo congelada.
-¿Enserio?
Justin se da
cuenta de mi cambio e intenta quitarle importancia.
-No lo
decía…
-No, lo sé
–susurro- es solo que…
-No te
sientas mal –me pide.
-Yo solo
quería dejar de sentir dolor –bajo la mirada hasta el suelo- no es fácil ver
como pierdes lo que antes creías eterno.
Su agarre se
hace más fuerte entre mis dedos y asiente.
-No importa
cuántas veces caigas si en todas te levantas –mustia.
-No es una
excusa.
-Lo sé
–murmura, y noto como sus ojos se rompen, está reprimiendo las lágrimas- morí
de mil formas diferentes cuando te vi ahí tirada Sweden. No puedes imaginar…
-Shh –pongo
un dedo sobre sus labios y levanto su cabeza.
-Dejemos
todo esto ¿vale? Solo quiero estar contigo.
-Es lo único
que necesito –responde.
Y así sus
ojos vuelven a recuperar poco a poco su color miel y sus labios acortan
distancias para encontrar de nuevo los míos, esta vez de una forma más intensa
y desesperada.
Nuestra droga.
-----------------------------------------------------------------------------------
RT aquí si leíste el capítulo, espero que os haya gustado, no olvidéis comentar. Gracias.
por dios es perfecto!!
ResponderEliminarmori con lo de hagrid, jajajja enserio
siguela porfis ^^
NURIA, TE NECESITABA, JODER. DIOS. HE LLORADO UN MONTON. ¿QUIERES MATARME O QUÉ? TE QUIEROOOOOOOOOO.
ResponderEliminarHolaa!!
ResponderEliminarTengo dos blogs: uno personal --> myworldlai.blogspot.com.es
y otro dedicado a los 5 idiotas de las escaleras ^^ --> razonesporlasquesoydirectioner.blogspot.com.es (este blog lo llevo con otra directioner!)
Pasate por los dos por favor!! y siguenos !! ;)
por supuesto, si nos sigues, te seguimos de vuelta!!
Un beso!!
PD: deja comentario!! :)