Me visto rápidamente y
cojo mi teléfono, marcando el número de Justin y dejándome caer de nuevo sobre
mi cama. Uno, dos, tres, cuatro, cinco toques. Nada. Seis, siete. Cuelgo.
Justin no lo coge.
Estará en una entrevista.
Dejo el móvil sobre la
cama y cojo el portátil. Entro a twitter. “Justin Bieber”. “Nuevos
tweets”. Leo.
· “Trabajando duro en el Nuevo
tour, esto va a ser épico”.
· “Ayer fue uno de los mejores
días de mi vida, #real”.
· “RT: Justin, gracias por ser una
inspiración”.
· “Te echo de menos”.
No estoy segura, pero
juraría que el segundo y el último tweet van por mí. Sonrío brevemente y vuelvo
a marcar su número una vez más. Uno, dos. Un pensamiento pasa por mi cabeza.
Tres, cuatro. Comienzo a pensar en cómo se tomaría Justin todo esto.
Conociéndole sería capaz de coger un avión y venir para partirle la cara a
Scott. Cinco. No estoy segura de que contarle esto a Justin sea lo mejor. Seis,
siete. Se pondría histérico y solo serviría para empeorar las cosas. Ocho.
Mejor que no sepa nada de esto, por ahora. Nueve, diez. Cuelgo.
Tiro el móvil a un lado
y decido bajar abajo para comer algo. Necesito despejar mis ideas. En el salón
me espera mi madre.
-Siéntate –dice seria.
Le hago caso.
-No me pasa nada –me
anticipo.
-No te creo.
-Créeme.
-No puedo hacerlo
–insiste- te he visto llorar.
-La señora de la
heladería no quiso darme cambio –miento.
Una mentira penosa. Así
no iré a ninguna parte.
-Seguro –me mira
fijamente.
-Son problemas de
adolescentes –sonrío forzadamente- nada importante.
-¿No tendrá nada que ver
con Justin, verdad? –mierda, me ha cazado.
-No, que va –mis ojos
comienzan a brillar.
-Sea lo que sea seguro
que tiene solución, Sweden.
-Estoy segura –la miro.
Aunque esa solución no
sea la mejor para mí. Tengo que protegerle. Decidido.
Mi madre hace la comida
y nos sentamos a comer en silencio. Lo intento, pero no logro dejar de pensar
en esa foto y en Scott. En como todo esto le afectará a Justin y en que haremos
de aquí en adelante. Pienso en mí. En cómo voy a salir de esta. Haré lo que sea
mejor para Justin.
Tiro la mayor parte a la
basura y dejo el plato sobre el fregadero. No he comido nada. Subo a mi
habitación y miro mi teléfono. Un mensaje.
“Te he dado tiempo para
que pienses en lo que es mejor para ti y tu amigo. Quiero una respuesta o esa
foto se convertirá en la próxima portada de todas las revistas”.
Y una vez más
pensamientos, recuerdos y dudas en mi cabeza. Trago saliva. Limpio la lagrima
que acaba de caer por mi mejilla y me como mi orgullo. “Lo siento, Justin”
pienso.
“Saldré contigo, pero
deshazte de esa foto”.
El móvil se me cae de
las manos, que tiemblan tras darle al botón de “enviar”. Me siento en el borde
de la cama y ahora estoy segura de que jamás podré volver a tener cerca a
Justin. Si no es esa foto, Scott será quien nos separe. Lo supe desde el
momento en el que Scott se acercó a mí. Lloro. Sigo llorando sin poder
evitarlo. Le echo de menos y ya no volverá a llamar a mi puerta nunca más.
Ahora me espera un infierno. De nuevo vuelvo a mi pasado, que ahora sé que
nunca se fue.
Mi móvil suena y lo
ignoro. Ahora lo que menos quiero es tener que escuchar la voz de ese imbécil.
Le odio más de lo que he odiado a nadie en toda mi vida. El móvil sigue sonando
y yo me limito a dar vueltas de un lado a otro de la habitación. Deja de sonar.
Me meto al aseo y echo un poco de agua en mi cara. Todavía tengo los ojos
hinchados. El teléfono vuelve a sonar. Me acerco para ponerlo en silencio y veo
que no es Scott quien llama. Descuelgo y me lo llevo a la oreja en silencio
pensando en cómo voy a explicarle que vuelvo a salir con el chico que me
destrozó la vida.
-Sweden –dice- lo
siento, estaba en un ensayo de baile.
-No importa –murmuro.
-Siento no haberte
llamado antes, esta semana tendré mucho trabajo –su voz suena calmada y dulce.
Me reconforta- pero te prometo que llamaré todos los días.
-No hace falta que lo
hagas –vuelvo a susurrar.
Ahora Justin se queda en
silencio. Ha notado que algo raro sucede.
-¿Princesa? –pregunta,
con un tono de preocupación en la voz.
-No es nada –digo sin
más.
-No es cierto –dice
cortante.
-Si lo es.
-Sweden –me llama.
No puedo ocultarle esto
a Justin. Es imposible.
-Es… -la cabeza vuelve a
darme vueltas- bueno, hoy… he visto a… Scott.
Silencio al otro lado.
-He hablado con él –mi
voz suena mustia.
-¿Qué te ha hecho? –su
voz es dura, fría.
-Nada.
-Dímelo Sweden.
-Tiene una foto –y mi
voz vuelve a quebrarse.
-¿Cómo?
-De nosotros dos,
Justin, besándonos.
-¿Qué? –dice sin llegar
a entender lo que pasa.
-Justin, nos fotografió
en el césped. Tiene una foto de nosotros juntos –trago saliva- amenaza con
mandarla a todos si no… -me callo de repente.
-¿Si no que, Sweden?
-Yo…
-Por favor… -suplica- dime
que pasa.
-Si manda esa foto jamás
podremos volver a estar juntos. Se habrá acabado todo.
-¿Qué quiere que hagas?
-Nunca podremos volver a
vernos. Todo se ha estropeado.
-¿Qué quiere que hagas?
–repite.
-Lo siento.
-¡Dímelo! –grita.
-Si no salgo con él
mandará la foto a toda la prensa –digo en tono fúnebre- ese es el trato. Yo
vuelvo con él y esa foto desaparece.
Silencio. Silencio. Más
silencio.
-Ni se te ocurra
hacerlo, Sweden –ordena- ¿me oyes? ¡Ni se te ocurra! –vuelve a gritar. Su voz suena
ahogada.
-Demasiado tarde
–susurro.
Y cuelgo.
El teléfono cae de mis
manos, que prácticamente quieren salir corriendo. Me duele el pecho y todavía
recuerdo la voz de Justin taladrándome. “No lo hagas”, “no lo hagas”, “por
favor”. El teléfono vuelve a sonar pero lo ignoro. Ya no hay nada más que
decir.
Pasan las horas y tengo
que meter el teléfono en el cajón de los calcetines para que deje de sonar.
Justin se ha vuelto loco. Tengo unas cincuenta llamadas perdidas. No puedo
hacerlo. Es mejor que no hablemos ahora.
Por la noche me meto a
twitter y lo que veo me parte el alma.
· "@ justinbieber: Si haces
eso nos harás daño a los dos, no lo hagas por favor. Por mí, por ti, no lo
hagas. No merece la pena”.
· “@ justinbieber: Siempre existe
una solución. Y esa no es la correcta”.
· “@ justinbieber: No me hagas
esto”.
Lo que más me molesta de
todo esto es que de una forma u otra ambos vamos a acabar sufriendo por algo de
lo que se supone que no tendríamos que esconder. Odio tener que hacer esto.
Odio no poder abrazarle ahora mismo.
Mi móvil vuelve a sonar.
Lo cojo y sin pensar contesto.
-Justin, no hagas esto
más difícil, por favor.
-No voy a dejar que
hagas una estupidez –dice seco- ¿ya no recuerdas lo que te hizo pasar? –Noto la
tensión en su voz- ¿Qué te hace pensar que esta vez será mejor?
-No creo que esta vez
sea mejor –bufo- simplemente estoy haciendo lo mejor para ambos.
-¡Esto no es lo mejor
para nadie! –grita.
-Para ti si.
-Me da igual lo que pase
con esa maldita foto –ahora parece cabreado- no vas a salir con él. No te lo
permito.
Y su voz suena a la de
Scott. Imagino esas palabras en su boca y no me entra en la cabeza.
-La decisión está tomada
–intento permanecer fuerte.
-¡¿Es que no te das
cuenta?! –Está histérico- ¡Solo quiere volver a lo de antes!
Lo único que vas a
conseguir con esto es volver a ser la que fuiste en el pasado.
-Creo que nunca dejé de
serlo.
-Sweden, por favor
–suplica- princesa, no lo hagas.
Y esas palabras me
duelen más que cualquier grito o insulto. Me desmorono.
-Justin, te quiero como
no he querido a nadie en mi vida –susurro casi sin fuerzas- y por eso no voy a
dejar que te pase nada malo por mi culpa.
-No lo hagas.
-¿No te das cuenta? –El
pecho me empieza a doler- de una manera u otra jamás podremos volver a estar
juntos Justin –una lagrima- después de esto cualquier cosa que pudiéramos tener
se ha acabado –otra lagrima- no podre volver a abrazarte, elija la opción que
elija –y miles de lagrimas más.
-Eso no es cierto –no
quiere entenderlo.
-Justin, si me niego a
salir con él esa foto ocupará todos los titulares. No podrás volver a venir, no
saldrás a la calle. La gente te presionará y los medios se echarán encima de ti
–me obligo a respirar e inspirar- estás preparando un tour y esto ahora es lo
que menos necesitas. Te perjudicará muchísimo.
-¡No me importa! –Y
ahora sé que está llorando.
-De la otra forma…
-guardo silencio durante un momento- si yo salgo con Scott… esa foto jamás verá
la luz y solo yo saldré perjudicada.
-Te equivocas –suspira-
si elijes esa opción me afectará tanto o más que la otra –intenta mantener la
calma. Sweden, tu eres lo más importante que tengo en esta jodida vida y si
haces eso te habré perdido para siempre.
-No –le digo.
-No lo hagas –suplica.
-La decisión está
tomada. Por favor, no vengas a España –tras decir esa última frase mi corazón
se hace pedazos- es mejor que dejemos esto durante un tiempo. Disfruta de tu
tour.
-Sw –cuelgo.
Espero que os haya gustado y siento haber tardado tanto en publicar. Estoy muy liada con el instituto. No tengo tiempo para nada.
Si leíste el capítulo dale RT a esto Click. Gracias.
siguienteeee!
ResponderEliminarSi no apareciese Justin, me leería tu historia.
ResponderEliminar