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lunes, 17 de septiembre de 2012

•"Tan solo una salida" {Capítulo 14}.


-Oye –le corto- di lo que hayas venido a decir y lárgate ¿quieres?

La expresión de Scott cambia radicalmente. Su tono de culpa desaparece por completo y vuelve a dejar salir al irritante idiota de siempre.

-Siéntate –me ordena.

Cansada, vuelvo a tomar asiento en el mismo lugar que antes, solo que esta vez más alejada de el.

-Como iba diciendo… -sonríe- ¿lo pasaste ayer bien con tu amigo?
-No eres nadie para nombrarle. Ni se te ocurra intentar meterte con él.
-Oh no –hace una mueca- no quiero meterme con él, simplemente me intereso por ti.

No sé a dónde pretende llegar con todo esto, pero estoy empezando a enfadarme. Scott es el único que nos ha visto juntos, y sé que no se tragó el royito de amigos especiales ayer. Solo espero que no llegara a ver nada más allá de un abrazo, puesto que si lo hizo… estaremos jodidos.

-Suéltalo, me estás cansando.
-Está bien –sonríe arrogante- sé que no sois solo amigos y también se que no te interesa que nadie más lo sepa.

Me pilló.

-Eso es ridículo.
-Apuesto a que si se enteraran de que Justin Bieber se deja caer por aquí no podríais volver a veros en muuuuucho tiempo.
-Mientes –espeto.
-Sabes que no –se lleva una mano a la barbilla- pero ¿sabes? hoy estoy generoso.

Dios, no, por favor.

-Voy a proponerte un trato –sigue- no le diré a nadie que eres la furcia de ese idiota si tú haces algo por mí.
-Scott –le miro fijamente, ahora si estoy realmente molesta- quiero que escuches con atención esto, porque no voy a volver a repetírtelo. –hago que unos centímetros más nos separen y después vuelvo a hablar- No sé quien coño te crees que eres, pero dejé de ser una chica inocente hace mucho tiempo. No voy a dejar que me estropees esto. No voy a dejar que jodas  a la única persona que me ha ayudado en todo este tiempo. Tú no eres nada.

Scott me observa en silencio durante un rato, y nuestras miradas se cruzan antes de que mire al horizonte en busca de paciencia.

-¿Has terminado? –sonríe.
-Te odio –ladro.
-Bien, pues sigo –se frota las manos- este es el trato. No le diré nada a cambio de que tú salgas conmigo.

Silencio. Silencio. Más silencio. Carcajadas.

-¡¿Qué?! –Mi risa comienza a llenar todo el parque- deja de soñar de una vez.
-Creo que no lo has entendido –dice.
-Lo que he entendido es que estás loco si crees que voy a volver contigo. Y también me ha quedado claro que eres un puto enfermo. ¿Por qué sigues detrás de mi después de dos años, Scott? ¿No te cansas de que te rechace? Jamás volveré contigo.
-Precisamente por eso –su voz se vuelve tirante- no acepto que nadie me rechace. Yo siempre consigo lo que quiero –amenaza- y tú vas a volver conmigo.
-Sigue soñando –vuelvo a reír.
-Entonces despídete de tu amigo.
-¿Y quién iba a creerte? –Subo la voz- ¡Nadie! –me levanto mirándole desde arriba, mientras él sigue en la misma posición que antes- ¡Nadie va a creerte porque estás chalado! –Grito- ¡Deja de joder a la gente y busca una vida!

Y así, sin más, le doy la espalda y comienzo a andar.

Realmente este tipo está enfermo. No puedo creer que después de dos años siga empeñado en hacerme la vida imposible. Creo que le quedó bien claro lo que pensaba sobre él, y también lo que pasaría si seguía persiguiéndome. Estoy harta de él. Harta de tener que verle cuando salgo a la calle. Harta de que me persiga y harta de que sea tan jodidamente hipócrita.

Sigo andando furiosa y cuando casi estoy fuera del parque, alguien vuelve a cortarme el paso.

-Sabía que no me creerían –vuelve a bufar Scott.
-Dios, déjame en paz –intento empujarle, pero no se mueve ni un centímetro.
-Por eso conseguí pruebas.
-¡Que me dejes ir! –le grito, voy a perder los nervios.
-Cállate y mira, furcia.

No sé qué coño quiere. No sé que está buscando, pero su sonrisa prepotente me inquieta demasiado. Quiero salir corriendo de allí y dejarle atrás.
Mete la mano a su bolsillo en silencio y veo que saca el móvil. Vuelve a sonreír una vez más y después me enseña algo. Es una foto. De Justin y yo. Nosotros. Juntos. En el césped. Besándonos.

En ese momento todo comienza a darme vueltas y todo empieza a encajar. Comprendo por qué ha venido a buscarme tan seguro de si mismo y pienso en todo a fondo. Recuerdo cada palabra y cada expresión que ha dicho y hecho desde que le encontré y todo cobra sentido. El sabe perfectamente que si esa foto ve la luz mi relación con Justin se habrá acabado para siempre. No podrá volver a venir a verme y tampoco podré seguir viviendo como hasta ahora. Todo se convertirá en un infierno si los medios se enteran de esto. Se acabará el hablar con él, se acabará el poder pensar en algo juntos. Nunca más podré volver a abrazarle.

-¿Y bien? –dice. Miro a Scott boquiabierta sin saber muy bien que decir.
-Eres… -reprimo las ganas de chillar- eres un cabrón.

Todo comienza a volverse borroso mientras vuelvo a fijar mi mirada en la foto. Se ve perfectamente la cara de Justin y también la mía. Intento pensar en algo pero tengo la mente en blanco. Solo puedo vernos a nosotros, besándonos en ese césped. Una maldita foto puede arruinar mi vida. No puedo arriesgarme a perder a Justin. El es lo único bueno que tengo en esta vida, pero tampoco puedo volver con Scott. Le odio.

-Es tu decisión –su expresión me hace bajar la mirada al suelo para evitar darle una bofetada. Aunque se la merece.

Esto no puede estar pasándome a mí. Lo único que quería era poder pasar tiempo con Justin alejados de todo, y ahora ya nada importa. Mis ojos se llenan de lágrimas y en un acto reflejo le arrebato el móvil de las manos y me dispongo a estamparlo contra el suelo.

-Oh, no te molestes –ríe- tengo más copias en el ordenador.
Su comentario me hace estallar y tiro el maldito móvil contra él lo más fuerte que puedo. Noto que ríe victorioso. Ha conseguido lo que quería. Volver a hacerme sentir la peor persona del mundo. Le escupo un último insulto y comienzo a correr.



Al llegar a casa mi madre sale de la cocina todavía con su delantal rojo puesto y sonríe esperando ver en mi la sonrisa con la que nos despedimos, pero en su lugar solo hay lágrimas.

-S-Sweden –susurra.

Paso por su lado sin ni siquiera mirarla a la cara y corro escaleras arriba hasta cerrar la puerta de mi habitación tras de mí. Me tiro a sobre la cama y comienzo a dar patadas sin lograr hacer menor mi ira. Grito, insulto y maldigo a Scott por haberme arruinado la vida todo este tiempo. Lo he pasado realmente mal por su culpa y cuando por fin creía que podría ser feliz llega el y vuelve a fastidiarlo todo.

Me levanto de la cama casi sin voz y comienzo a dar vueltas por la habitación intentando pensar en que voy a hacer. Calculo mis posibilidades pero no saco nada en claro. Estoy demasiado cabreada. Me quito la ropa y me meto a la ducha, abro el grifo y comienza a caer agua fría sobre mi cabeza. Al principio me estremezco pero después me quedo ahí, rígida bajo el agua. Mirando a la nada y recordando el día de ayer, junto a él. Sin problemas ni preocupaciones. De repente me doy cuenta.

Todo eso puede hacerle más daño a Justin que a mí, ya que soy una insignificante pieza en toda esta historia. El verdadero perjudicado es el. La prensa, su equipo, su carrera. Todo se verá molestado por mi culpa. No puedo permitir que esa maldita foto salga a la luz. Conozco a Scott y sé que no se parará a pensar en el daño que puede hacer. Lo hará y punto.
Salgo de la ducha aún con lágrimas en los ojos, que resbalan por mi cara mojada y me envuelvo en una toalla. Me miro al espejo y me odio por estar donde estoy ahora, en vez de con Justin.

Me tiro sobre la cama de nuevo sin molestarme en vestirme. Vuelvo a comenzar a llorar y no paro tras pasada una hora. Estoy a punto de dormirme derrotada por el cansancio y los pensamientos cuando alguien aporrea la puerta.

-Sweden –dice una voz- quiero hablar contigo.
-Déjame –murmuro, y me doy la vuelta.
-Ábreme la puerta Sweden, quiero que hablemos.
-¡Mama déjame, estoy bien! –le grito.
-¡Que me abras!

A pesar de que puede que hablar con ella en estos momentos me venga bien, prefiero estar sola. No quiero hablar con nadie y tampoco contarle esto.

-Por favor –le digo ahora- te prometo que después hablaremos.

Se hace el silencio al otro lado.

-Está bien –dice la voz, y después se aleja.

Me quedo sola con las luces apagadas y el silencio recorriendo cada rincón. Mi respiración agitada es lo único que puede oírse. Me levanto y decido vestirme. He tomado una decisión. Hablaré con Justin antes de hacer nada, ya que el también está metido en todo esto. Aunque sé cuál será su respuesta. “Ni se te ocurra hacerlo, Sweden”. En realidad solo quiero informarle de la situación. La decisión será solo mía.

Me visto rápidamente y cojo mi teléfono, marcando el número de Justin y dejándome caer de nuevo sobre mi cama. Uno, dos, tres, cuatro, cinco toques. Nada. Seis, siete. Cuelgo.

Justin no lo coge. Estará en una entrevista.

Dejo el móvil sobre la cama y cojo el portátil. Entro a twitter. “Justin Bieber”. “Nuevos tweets”. Leo.

·       “Trabajando duro en el Nuevo tour, esto va a ser épico”.
·       “Ayer fue uno de los mejores días de mi vida, #real”.
·       “RT: Justin, gracias por ser una inspiración”.
·       “Te echo de menos”.

No estoy segura, pero juraría que el segundo y el último tweet van por mí.

Sonrío brevemente y vuelvo a marcar su número una vez más. Uno, dos. Un pensamiento pasa por mi cabeza. Tres, cuatro. Comienzo a pensar en cómo se tomaría Justin todo esto. Conociéndole sería capaz de coger un avión y venir para partirle la cara a Scott. Cinco. No estoy segura de que contarle esto a Justin sea lo mejor. Seis, siete. Se pondría histérico y solo serviría para empeorar las cosas. Ocho. Mejor que no sepa nada de esto, por ahora. Nueve, diez. Cuelgo.

Como siempre, da RT a esto Click si has leído el capítulo. Gracias. 
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1 comentario:

  1. WooooooooooooooooooooooooooooooW!!!
    Siguiente ya por favor!!
    Quiero saber que es lo que pasa ahora!! ^^
    Besoos

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