-Justin, si me niego a
salir con él esa foto ocupará todos los titulares. No podrás volver a venir, no
saldrás a la calle. La gente te presionará y los medios se echarán encima de ti
–me obligo a respirar e inspirar- estás preparando un tour y esto ahora es lo
que menos necesitas. Te perjudicará muchísimo.
-¡No me importa! –Y
ahora sé que está llorando.
-De la otra forma…
-guardo silencio durante un momento- si yo salgo con Scott… esa foto jamás verá
la luz y solo yo saldré perjudicada.
-Te equivocas –suspira-
si elijes esa opción me afectará tanto o más que la otra –intenta mantener la
calma. Sweden, tu eres lo más importante que tengo en esta jodida vida y si
haces eso te habré perdido para siempre.
-No –le digo.
-No lo hagas –suplica.
-La decisión está
tomada. Por favor, no vengas a España –tras decir esa última frase mi corazón
se hace pedazos- es mejor que dejemos esto durante un tiempo. Disfruta de tu
tour.
-Sw –cuelgo.
Esa noche no duermo. Esa
noche no descanso. Esa noche lo único que hago es llorar. Llorar y recordar todos
y cada uno de los momentos que he pasado junto a él. Tan solo llevamos un día
separados y parece que ha pasado un año. No estoy segura de poder sobrevivir
sin él. Menos aún lo estoy de poder seguir viviendo sin hablarle, pero me lo he
propuesto. Me he propuesto no hablar con Justin en al menos una semana.
Necesito que nuestra relación se enfríe un poco antes de poder volver a
comunicarme con él. Aunque ya no estoy segura de nada. Estoy casi segura de que
después de haberle colgado estará cabreado conmigo. ¿Y por qué no iba a
estarlo? Prácticamente lo he echado a patadas de mi vida. No es justo.
Y pasan los días, y yo
no salgo de mi cama.
Un día.
Dos días.
Tres días.
Mi madre está preocupada
por mí. Viene cada dos horas para asegurarse de que sigo viva, aunque ya no
estoy segura. El primer día se pasó las horas muertas frente a la puerta de mi
habitación hablando sola, intentando que me apiadara de ella y asomara la
cabeza para que pudiera ver que seguía siendo la misma de siempre, pero ya no
lo era. Me habían quitado lo que más quería. Lo que necesitaba para seguir
luchando.
Cuatro días.
Cinco días.
Justin no se da por
vencido. Sigue llamando cada día, cada noche y cada mañana con la esperanza de
que pueda escuchar mi voz, pero he decidido que ambos sufriremos menos si nos
mantenemos alejados. Me cuesta pensar en él y recordar su voz el día de la
llamada. Su voz rota y triste me persigue. “Por favor, no lo hagas”. Le he
visto en entrevistas y programas de televisión, fotos… ya no es el mismo de
antes. La presentadora de un programa de cotilleos hablaba de Justin el otro
día con una foto de el de fondo, triste y solo caminando por la calle.
Especulaba sobre posibles problemas familiares o una enfermedad irreversible.
La verdad es que su cara estaba casi tan mal como la mía. Ojeras y mueca
triste, mirada cansada y hombros caídos. Pero lo que me llamó la atención
realmente fue el collar que colgaba de sus hombros. Mi collar. Lo está pasando
mal y eso me mata por dentro.
Seis días.
Siete días.
El sonido de un mensaje
en mi teléfono me despierta por la mañana. Hoy he soñado que paseaba a su lado
por la playa y nadie podía entrometerse entre nosotros. ¿Qué sería de mi ahora
mismo sin sueños? Entonces si que estaría perdida.
Me levanto para mirar mi
teléfono pensando que no puede haber nada peor que esto, pero una vez más
vuelvo a equivocarme.
“Iré a recogerte a las
doce, no acepto un no por respuesta”.
Maldito Scott.
Debería
matarle y descuartizarlo.
Con suerte nadie le echaría de menos.
En realidad
creo que le haría un favor a unos cuantos.
Maldito Scott.
Maldito.
Me levanto de la cama y
voy al aseo. Entro. Me miro al espejo y pienso que soy un montón de huesos y
carne sin valor. Si no tienes ilusión para vivir ¿de qué sirve la vida? No sé
si estoy preparada para volver a lo de antes, a mi pasado. Me ha costado
demasiado deshacerme de él. Y ahora está aquí de nuevo.
Me gustaría parar el
tiempo. Pararlo todo para poder estar sola durante horas y días. Buscaría a
Justin y le abrazaría para no separarme. Le tocaría y el tiempo también se
detendría para él. El y yo solos. Nosotros. En el mundo. Sin nadie más que
pueda sacarnos de ese sueño.
En ese momento recuerdo
la frase de un libro: “Podrás tapar las agujas del reloj con tus manos, pero
nunca podrás tapar el tiempo perdido”.
Salgo de mi burbuja de
pensamientos y me enrollo en una toalla tras salir de la ducha. Busco unos
shorts y una camiseta y me los pongo casi sin secarme. Mi pelo está mojado pero
no me importa. Es el primer día que saldré con Scott y tengo mil cosas que
decirle. Ojalá pudiera matarle.
Las doce.
Un mensaje.
“Estoy frente a tu
casa”.
Cojo mis llaves y bajo
las escaleras. Cierro la puerta y le veo sentado en el bordillo jugueteando con
su móvil. Me acerco a él sin ganas y le miro en silencio.
-Vaya cara –me observa.
Silencio.
-Vamos a dar una vuelta
–dice, al ver que no obtendrá una respuesta por mi parte.
Scott comienza a andar y
yo le sigo sin ganas. Llevamos unos dos kilómetros cuando decide romper el
silencio. Me gusta el silencio.
-¿Piensas decir algo? –su
tono parece amigable. Me asusta.
-No tengo nada que
decirte –bufo.
-Oye, vamos a llevarnos
bien ¿vale?
Siento unas
inexplicables ganas de empujarle hacia la carretera.
-No.
-¿Por qué tienes esas
ojeras? –intenta llevar su mano hacia mi cara pero me aparto.
-Por tu culpa, idiota.
Scott me mira en
silencio y no dice nada más hasta llegar a un parque. Nos sentamos en uno de
los bancos y espera mi respuesta, pero no llega.
-Hablemos -dice.
-No tengo ganas.
-Dios Sweden –reprocha-
no seas así de borde.
-¡Yo soy simpática con
quien me da la gana! ¿Te enteras? –Le señalo- prácticamente me estás
secuestrando. Me obligas a salir contigo a pesar de que me das asco y pretendes
que encima sea simpática, cuando por tu culpa mi vida se ha convertido en una
mierda.
-No es tan grave –bufa.
Comienzo a morderme el
lado interior de la boca para no soltar todas las palabras que amenazan con
salir.
-Lo que tu digas.
-Déjame demostrarte que
he cambiado.
-Jamás cambiarás –espeto-
no podrás hacerlo y aunque lo hagas para mí no valdrás nada, porque con todo
esto has caído demasiado bajo.
-¡Que no es para tanto!
-¡¿Has visto las putas
noticias?! –Le grito, poniéndome en pie- ¿has visto la cara de Justin? ¡Llevo
sin hablar con él una semana por tu culpa! ¡Lo está pasando mal!
-Relájate –me ordena, y
me vuelvo a sentar con los brazos cruzados.
-Me das pena.
Y así finaliza mi
primera cita con Scott.
Insiste en acompañarme a
casa y yo no me niego, pero tampoco acepto. Simplemente comienzo a andar y él
me persigue. Antes de entrar me detiene.
-Espero que mañana seas
un poco más educada –objeta- o esto no va a salir como esperamos.
-¿Mañana? –pregunto.
-Si me dejaras
explicártelo podríamos llegar a pasarlo bien.
-No quiero pasarlo bien
contigo.
-Mañana te explicaré
como haremos esto –se acerca para darme un beso, y prácticamente doy un salto
mortal hacia atrás para evitarlo- ¿ves? –me señala, esa es una de las cosas que
tienes que cambiar. No doy calambre.
-Como si lo dieras.
-Dios, Sweden, puedes
llegar a ser muy irritante.
-Quiero estar con
Justin, no contigo.
-Yo no he dicho que no
puedas llamarlo –bufa.
-Si que lo hiciste.
*Flashback*
-Y por tu bien espero
que dejes de tontear con tu amiguito, o lo pasarás mal.
-¿Por qué no te mueres?
–ladré.
-Vamos a hacer esto a mi
manera, te guste o no. –Ordenó- Deja de llamarle, no hables con él o lo sabré.
Créeme.
-Fantástico –bufé.
*Fin flashback*
-Bueno… pues viendo la
cara que tienes prefiero que hables con él y después estés un poco menos
agresiva conmigo –razona Scott.
-¿Sabes qué? –sonrío por
primera vez en todo el día.
-¿Qué?
-Si pudiera matarte lo
haría –suelto.
Tras hacer una mueca,
Scott se despide y comienza a andar. Le miro alejarse y pienso en qué bien me
vendría ahora mismo uno de esos accidentes sorpresa en los que un camión
descarrila y mata a un joven que paseaba por la calle. Y ese joven podría ser
el.
Me meto en casa y subo a
mi habitación. Me acuesto sobre la cama y comienzo a mirar al techo sin saber
muy bien como reaccionar ante todo esto.
Le doy vueltas a mi cita con Scott y
hay algo que me desconcierta.
Algo que no llego a comprender.
El no ha sido un capullo
conmigo.
Si leíste el capítulo 16 de "tan solo una salida" dale RT a esto Click, para saberlo. Gracias por leer, espero que te haya gustado.
-----------------------------------------------------------------
Siguienteeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!! (LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL)...
ResponderEliminarHolaaa princesa, ya tienes una nueva lectora. He de decirte que esta novela es realmente increible, la mejor que he leido en mi vida. Me tienes completamente enganchada, cuando la empece a leer no podia parar, y me lei tooodos los capitulos de golpe. Estoy ansiosa por leer el siguiente capitulo. Un beso enormeee!! :D
ResponderEliminar