-Oye –le corto- di lo
que hayas venido a decir y lárgate ¿quieres?
La expresión de Scott
cambia radicalmente. Su tono de culpa desaparece por completo y vuelve a dejar
salir al irritante idiota de siempre.
-Siéntate –me ordena.
Cansada, vuelvo a tomar
asiento en el mismo lugar que antes, solo que esta vez más alejada de el.
-Como iba diciendo…
-sonríe- ¿lo pasaste ayer bien con tu amigo?
-No eres nadie para
nombrarle. Ni se te ocurra intentar meterte con él.
-Oh no –hace una mueca-
no quiero meterme con él, simplemente me intereso por ti.
No sé a dónde pretende
llegar con todo esto, pero estoy empezando a enfadarme. Scott es el único que
nos ha visto juntos, y sé que no se tragó el royito de amigos especiales ayer.
Solo espero que no llegara a ver nada más allá de un abrazo, puesto que si lo
hizo… estaremos jodidos.
-Suéltalo, me estás
cansando.
-Está bien –sonríe arrogante-
sé que no sois solo amigos y también se que no te interesa que nadie más lo
sepa.
Me pilló.
-Eso es ridículo.
-Apuesto a que si se
enteraran de que Justin Bieber se deja caer por aquí no podríais volver a veros
en muuuuucho tiempo.
-Mientes –espeto.
-Sabes que no –se lleva
una mano a la barbilla- pero ¿sabes? hoy estoy generoso.
Dios, no, por favor.
-Voy a proponerte un
trato –sigue- no le diré a nadie que eres la furcia de ese idiota si tú haces
algo por mí.
-Scott –le miro
fijamente, ahora si estoy realmente molesta- quiero que escuches con atención
esto, porque no voy a volver a repetírtelo. –hago que unos centímetros más nos
separen y después vuelvo a hablar- No sé quien coño te crees que eres, pero
dejé de ser una chica inocente hace mucho tiempo. No voy a dejar que me
estropees esto. No voy a dejar que jodas
a la única persona que me ha ayudado en todo este tiempo. Tú no eres
nada.
Scott me observa en
silencio durante un rato, y nuestras miradas se cruzan antes de que mire al
horizonte en busca de paciencia.
-¿Has terminado?
–sonríe.
-Te odio –ladro.
-Bien, pues sigo –se
frota las manos- este es el trato. No le diré nada a cambio de que tú salgas
conmigo.
Silencio. Silencio. Más
silencio. Carcajadas.
-¡¿Qué?! –Mi risa
comienza a llenar todo el parque- deja de soñar de una vez.
-Creo que no lo has
entendido –dice.
-Lo que he entendido es
que estás loco si crees que voy a volver contigo. Y también me ha quedado claro
que eres un puto enfermo. ¿Por qué sigues detrás de mi después de dos años, Scott?
¿No te cansas de que te rechace? Jamás volveré contigo.
-Precisamente por eso
–su voz se vuelve tirante- no acepto que nadie me rechace. Yo siempre consigo
lo que quiero –amenaza- y tú vas a volver conmigo.
-Sigue soñando –vuelvo a
reír.
-Entonces despídete de
tu amigo.
-¿Y quién iba a creerte?
–Subo la voz- ¡Nadie! –me levanto mirándole desde arriba, mientras él sigue en
la misma posición que antes- ¡Nadie va a creerte porque estás chalado! –Grito-
¡Deja de joder a la gente y busca una vida!
Y así, sin más, le doy
la espalda y comienzo a andar.
Realmente este tipo está
enfermo. No puedo creer que después de dos años siga empeñado en hacerme la
vida imposible. Creo que le quedó bien claro lo que pensaba sobre él, y también
lo que pasaría si seguía persiguiéndome. Estoy harta de él. Harta de tener que
verle cuando salgo a la calle. Harta de que me persiga y harta de que sea tan
jodidamente hipócrita.
Sigo andando furiosa y
cuando casi estoy fuera del parque, alguien vuelve a cortarme el paso.
-Sabía que no me
creerían –vuelve a bufar Scott.
-Dios, déjame en paz
–intento empujarle, pero no se mueve ni un centímetro.
-Por eso conseguí
pruebas.
-¡Que me dejes ir! –le
grito, voy a perder los nervios.
-Cállate y mira, furcia.
No sé qué coño quiere.
No sé que está buscando, pero su sonrisa prepotente me inquieta demasiado.
Quiero salir corriendo de allí y dejarle atrás.
Mete la mano a su
bolsillo en silencio y veo que saca el móvil. Vuelve a sonreír una vez más y
después me enseña algo. Es una foto. De Justin y yo. Nosotros. Juntos. En el
césped. Besándonos.
En ese momento todo
comienza a darme vueltas y todo empieza a encajar. Comprendo por qué ha venido
a buscarme tan seguro de si mismo y pienso en todo a fondo. Recuerdo cada
palabra y cada expresión que ha dicho y hecho desde que le encontré y todo
cobra sentido. El sabe perfectamente que si esa foto ve la luz mi relación con
Justin se habrá acabado para siempre. No podrá volver a venir a verme y tampoco
podré seguir viviendo como hasta ahora. Todo se convertirá en un infierno si
los medios se enteran de esto. Se acabará el hablar con él, se acabará el poder
pensar en algo juntos. Nunca más podré volver a abrazarle.
-¿Y bien? –dice. Miro a
Scott boquiabierta sin saber muy bien que decir.
-Eres… -reprimo las ganas
de chillar- eres un cabrón.
Todo comienza a volverse
borroso mientras vuelvo a fijar mi mirada en la foto. Se ve perfectamente la
cara de Justin y también la mía. Intento pensar en algo pero tengo la mente en
blanco. Solo puedo vernos a nosotros, besándonos en ese césped. Una maldita
foto puede arruinar mi vida. No puedo arriesgarme a perder a Justin. El es lo
único bueno que tengo en esta vida, pero tampoco puedo volver con Scott. Le
odio.
-Es tu decisión –su
expresión me hace bajar la mirada al suelo para evitar darle una bofetada.
Aunque se la merece.
Esto no puede estar
pasándome a mí. Lo único que quería era poder pasar tiempo con Justin alejados
de todo, y ahora ya nada importa. Mis ojos se llenan de lágrimas y en un acto
reflejo le arrebato el móvil de las manos y me dispongo a estamparlo contra el
suelo.
-Oh, no te molestes
–ríe- tengo más copias en el ordenador.
Su comentario me hace
estallar y tiro el maldito móvil contra él lo más fuerte que puedo. Noto que
ríe victorioso. Ha conseguido lo que quería. Volver a hacerme sentir la peor
persona del mundo. Le escupo un último insulto y comienzo a correr.
Al llegar a casa mi
madre sale de la cocina todavía con su delantal rojo puesto y sonríe esperando
ver en mi la sonrisa con la que nos despedimos, pero en su lugar solo hay
lágrimas.
-S-Sweden –susurra.
Paso por su lado sin ni
siquiera mirarla a la cara y corro escaleras arriba hasta cerrar la puerta de
mi habitación tras de mí. Me tiro a sobre la cama y comienzo a dar patadas sin
lograr hacer menor mi ira. Grito, insulto y maldigo a Scott por haberme
arruinado la vida todo este tiempo. Lo he pasado realmente mal por su culpa y
cuando por fin creía que podría ser feliz llega el y vuelve a fastidiarlo todo.
Me levanto de la cama
casi sin voz y comienzo a dar vueltas por la habitación intentando pensar en
que voy a hacer. Calculo mis posibilidades pero no saco nada en claro. Estoy
demasiado cabreada. Me quito la ropa y me meto a la ducha, abro el grifo y
comienza a caer agua fría sobre mi cabeza. Al principio me estremezco pero después
me quedo ahí, rígida bajo el agua. Mirando a la nada y recordando el día de
ayer, junto a él. Sin problemas ni preocupaciones. De repente me doy cuenta.
Todo eso puede hacerle
más daño a Justin que a mí, ya que soy una insignificante pieza en toda esta
historia. El verdadero perjudicado es el. La prensa, su equipo, su carrera.
Todo se verá molestado por mi culpa. No puedo permitir que esa maldita foto salga
a la luz. Conozco a Scott y sé que no se parará a pensar en el daño que puede
hacer. Lo hará y punto.
Salgo de la ducha aún
con lágrimas en los ojos, que resbalan por mi cara mojada y me envuelvo en una
toalla. Me miro al espejo y me odio por estar donde estoy ahora, en vez de con
Justin.
Me tiro sobre la cama de
nuevo sin molestarme en vestirme. Vuelvo a comenzar a llorar y no paro tras
pasada una hora. Estoy a punto de dormirme derrotada por el cansancio y los
pensamientos cuando alguien aporrea la puerta.
-Sweden –dice una voz-
quiero hablar contigo.
-Déjame –murmuro, y me
doy la vuelta.
-Ábreme la puerta
Sweden, quiero que hablemos.
-¡Mama déjame, estoy
bien! –le grito.
-¡Que me abras!
A pesar de que puede que
hablar con ella en estos momentos me venga bien, prefiero estar sola. No quiero
hablar con nadie y tampoco contarle esto.
-Por favor –le digo
ahora- te prometo que después hablaremos.
Se hace el silencio al
otro lado.
-Está bien –dice la voz,
y después se aleja.
Me quedo sola con las
luces apagadas y el silencio recorriendo cada rincón. Mi respiración agitada es
lo único que puede oírse. Me levanto y decido vestirme. He tomado una decisión.
Hablaré con Justin antes de hacer nada, ya que el también está metido en todo
esto. Aunque sé cuál será su respuesta. “Ni se te ocurra hacerlo, Sweden”. En
realidad solo quiero informarle de la situación. La decisión será solo mía.
Me visto rápidamente y
cojo mi teléfono, marcando el número de Justin y dejándome caer de nuevo sobre
mi cama. Uno, dos, tres, cuatro, cinco toques. Nada. Seis, siete. Cuelgo.
Justin no lo coge.
Estará en una entrevista.
Dejo el móvil sobre la
cama y cojo el portátil. Entro a twitter. “Justin Bieber”. “Nuevos
tweets”. Leo.
· “Trabajando duro en el Nuevo
tour, esto va a ser épico”.
· “Ayer fue uno de los mejores
días de mi vida, #real”.
· “RT: Justin, gracias por ser una
inspiración”.
· “Te echo de menos”.
No estoy segura, pero
juraría que el segundo y el último tweet van por mí.
Sonrío brevemente y vuelvo
a marcar su número una vez más. Uno, dos. Un pensamiento pasa por mi cabeza.
Tres, cuatro. Comienzo a pensar en cómo se tomaría Justin todo esto.
Conociéndole sería capaz de coger un avión y venir para partirle la cara a
Scott. Cinco. No estoy segura de que contarle esto a Justin sea lo mejor. Seis,
siete. Se pondría histérico y solo serviría para empeorar las cosas. Ocho.
Mejor que no sepa nada de esto, por ahora. Nueve, diez. Cuelgo.
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WooooooooooooooooooooooooooooooW!!!
ResponderEliminarSiguiente ya por favor!!
Quiero saber que es lo que pasa ahora!! ^^
Besoos